Este miércoles la Policía de Luján de Cuyo (Mendoza) allanó la casa del humorista Cacho Garay (68) luego de que su esposa, Verónica Macías Bracamonte (32), lo denunciara por violencia de género, tras una sucesión de hechos que la llevaron a temer por su vida.
Los efectivos llegaron a las 13.20 del miércoles a la vivienda de la calle 20 de Septiembre que el músico compartía con Macías y allí se secuestraron un machete de hierro con hoja de 40 cm de largo, un hacha con hoja de hierro, y cinco armas: dos escopetas, dos fusiles y una pistola de gas comprimido.
"Estoy muy angustiado y sorprendido" dijo el humorista tras su liberación en comunicación con la prensa.
Te puede interesar
A la salida de la comisaría, el mendocino conversó con TN Central y aseguró que tiene “la frente bien en alto”. Además, sostuvo que no sabía que las armas que encontraron durante el allanamiento todavía funcionen: “Yo vivo en una casa colonial donde hay todo tipo de antigüedades, hay un misil de caballería que data de 1800. Entre eso había dos escopetas muy viejas. Cuando hacen el peritaje, jamás me imaginé que funcionaban. Yo no sé manipular armas, para mí eran adornos”
“Es inminente la llegada de Cacho Garay, que pagó una fianza de millón de pesos”, contó Karina Mazzoco, en referencia al monto que le impuso al humorista el fiscal Daniel Carniello de Violencia de Género, que lo imputó por tenencia ilegal de armas y amenazas con arma a su pareja.
Te puede interesar
Por otra parte, dijo que no quiere explayarse sobre las supuestas amenazas que le habría hecho a Verónica Macias Bracamonte. “Hay dos versiones distintas, de la causa no voy a hablar porque estamos en un estado de derecho”, sostuvo.
El comediante reveló que no volverá a la casa que compartía con la denuncia y aseguró que está con la consciencia tranquila. “Afortunadmente, la Justicia otorgó una prohibición de acercamiento mutuo. Estoy muy tranquilo”, completó.