El humorista Juan "Cacho" Garay, continuará en la cárcel hasta que se defina si va a juicio. El comediante fue trasladado a la penitenciaría los primeros días de junio, por la causa de violencia de género y abuso sexual contra su expareja Verónica Macías.
En tanto, Sandra Astudillo Staffolani, la empleada legislativa, quien sería su presunta cómplice, recibirá el veneficio de prisión domiciliaria.
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La medida se resolvió este miércoles en una audiencia donde los jueces Mateo Bermejo, Eduardo Martearena y Mónica Romero evaluaron la apelación que presentaron los abogados de los imputados.
Por su parte, la defensa del Garay solicitó que se vuelva a otorgar el beneficio del arresto domiciliario. Sin embargo, el dictamen para el humorista fue negativo.
A su vez, los abogados de Astudillo realizaron el mismo pedido, pero en este caso el pedido fue aceptado. De esta manera, ambos sospechosos deberán esperar si la causa es elevada a juicio oral.
El Caso
Verónica Macías impulsó una causa contra Garay por violencia de género y entonces el primer fiscal de la causa, Daniel Carniello, lo imputó por los delitos de amenazas agravadas por el uso de arma, abuso sexual con acceso carnal en un número indeterminado de hechos, privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida contra su cónyuge y tenencia de armas de fuego de uso civil.
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Sin embargo, el representante del Ministerio Público Fiscal había beneficiado al humorista con prisión domiciliaria mientrasdse desarrollara el proceso en su contra y venía cumpliendo el arresto, desde mediados del último mes de abril, en la casa de su hermana, en la localidad de Coquimbito, en el departamento de Maipú.
En mayo, la ex pareja de Garay recibió una llamada telefónica y durante la misma sólo se escuchó sonido ambiente, por lo que se interpretó la situación como un amedrentamiento hacia la mujer y tras la denuncia de la querella, se comprobó que la comunicación se realizó desde la casa de la hermana del comediante.
Tras este episodio, desde la fiscalía entendieron que por esa acción Garay violó la prohibición de acercamiento que le impuso la Justicia y lo imputó por desobediencia.
Finalmente, los primeros días de julio, la fiscal Mónica Fernández Poblet ordenó que se le quite al comediante el beneficio de la prisión domiciliaria y que continúe detenido en un penal.