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La leyenda del Futre

La leyenda del Futre está muy afincada en la zona de Uspallata y en los terrenos que involucran al antiguo Ferrocarril Trasandino. A fines del siglo XIX tiene origen la historia es este ser de la fauna del terror mendocina. “Futre” le decían a un pagador del ferrocarril, de origen inglés, que realizaba su tarea con los obreros que estaban construyendo el trasandino.

Redacción
14/09/2022 15:32
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La leyenda del Futre está muy afincada en la zona de Uspallata y en los terrenos que involucran al antiguo Ferrocarril Trasandino. A fines del siglo XIX tiene origen la historia es este ser de la fauna del terror mendocina. “Futre” le decían a un pagador del ferrocarril, de origen inglés, que realizaba su tarea con los obreros que estaban construyendo el trasandino.

La obra, por entonces, andaba gestándose en las inmediaciones de Uspallata. La construcción de un ferrocarril ocupa varias etapas.

Los primeros, los adelantados en la construcción, son los obreros que allá adelante, pero bien adelante, realizan el desmonte, es decir nivelan el terreno para que lleguen las vías, o sea que las vías siempre les quedan atrás. El inglés que mencionamos vestía muy bien, algunos dicen que usaba galera y por eso se lo conocía como “futre”.

Futre es una palabra que califica a una persona de elegante, de bien vestida, un “cajetilla” de aquellos tiempos. Se trasladaba con la plata recogida en la ciudad hacia su destino de pago en “zorra”, que así se llamaban los trencitos pequeños que usaban los ferroviarios para sus tareas. El Futre usaba las “zorras” hasta donde llegaban las vías. Después, para pagarles a los obreros más adelantados, cubría a caballo esa distancia.

Un día, ese mal día que tiene todos los cuentos, el pagador, con las alforjas cargadas de plata, rumbeó hacia el oeste. Aquí las historias se bifurcan. Unos dicen que tuvo líos amorosos, el amor es un ingrediente indispensable de la tragedia; otros dicen que se jugó la plata y fue castigado por eso; hay quienes sostienen que simplemente fue asaltado y muchos afirman que, sabiéndose a caballo, bien montado, con las alforjas llenas de dinero y tan cerca de la frontera con Chile dijo: “Esta plata es mía”.

Clavó las espuelas en los ijares de su corcel y comenzó su fuga plateada. Pero los obreros, despojados, se enteraron de la maniobra, lo persiguieron y le cortaron la cabeza. Esta es una de las variantes de la historia que tiene el romanticismo de los buenos cuentos de Antonio Di Benedetto. Pero lo más seguro es que haya ocurrido lo que cuenta la otra versión: que lo asaltaron y lo degollaron.

Es más simple, más policial. La cuestión es que desde entonces se les aparece a los que, por Uspallata caminan de noche cerca de las vías. Los relatos coinciden en forma y lugar. Un jinete sin cabeza, muy bien vestido, se aparece en las adyacencias de las antiguas vías, algunos afirman que con su cabeza cortada debajo de su brazo. Se cuentan por cientos los encuentros cercanos que han tenido los lugareños con él y se le atribuyen crímenes y desapariciones.

Cuando en las noches de Uspallata alguien escucha un relincho lejano, “El Futre” vuelve a estar en boca de todos, menos de “El Futre”, porque no tiene.

Nota de referencia. Las  obras de El Trasandino se iniciaron en enero de 1886. La inauguración del tramo a Uspallata ocurre el 22 de febrero de 1891. En 1893 el ferrocarril llega a Punta de Vacas.

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