Parece una rueda sin fin. Cuando escribimos que en Asia, Europa, Estados Unidos y algunos países de Latinoamérica ya levantan restricciones y hablan de convivir con el coronavirus, aparece un estudio que contradice tal nivel de relajación. El trabajo muestra que la subvariante BA.2 podría tener características que derivan en una enfermedad más grave que la que estamos viendo, similar a la provocada por variantes anteriores como la Delta.
El origen de la BA.2, conocida como la Ómicron sigilosa
El término Ómicron se utiliza para describir toda una familia de variantes. La mayoría de los casos de omicrones fueron causados por una de estas variantes conocidas por los científicos como BA.1.
BA.2 tiene 32 de las mismas mutaciones que BA.1, pero también tiene 28 que son diferentes. La primera muestra de BA.2 se recogió en Sudáfrica el 17 de noviembre de 2021.
BA.2, una versión del virus que no sería tan leve
Al igual que sucede con la Ómicron, trascendió que también BA.2 tiene una gran capacidad de escape inmunitario por lo que la administración de un refuerzo sería fundamental para restaurar la protección y reducir así la probabilidad de infección hasta en un 74%. Estos resultados son preliminares y se publicaron de forma preimpresa en el servidor bioRxiv, a la espera de ser revisados por pares.
Kei Sato, investigador de la Universidad de Tokio, aconseja tomar esta variante como una independiente de la Ómicron, porque presenta muchos cambios respecto de la original, como puede tener este de otras variantes previas como Alfa de Delta. “Como sabrán, BA.2 se conoce como ‘Ómicron sigilosa’. Esto se debe a que no aparece en las pruebas PCR como un fallo en el objetivo del gen S, como sí lo hace con Ómicron”.
“Desde la perspectiva humana, podría ser un virus peor que BA.1 porque podría transmitirse mejor y causar una enfermedad peor”, afirma el doctor Daniel Rhoads, jefe de la Sección de Microbiología en la Clínica Cleveland en Ohio, encargado de verificar el estudio aunque no participó en el mismo.
Deborah Fuller, viróloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, asegura que “podríamos estar viendo una nueva letra griega aquí”, con relación a un posible cambio de nombre si se toma como una variante independiente.
Fuente: Todo Noticias