La Justicia de El Salvador decidió postergar la audiencia clave en la que se analizaría la situación judicial de Alejo Arias, un joven mendocino de 25 años que permanece detenido en ese país desde julio de 2023.
La noticia fue confirmada por la madre del joven,quien expresó su desconsuelo ante la falta de definiciones. La instancia judicial tenía como objetivo resolver si Arias continuaba bajo proceso o era puesto en libertad, pero la audiencia fue anulada sin un nuevo plazo determinado.
"Nos avisaron que la audiencia fue postergada hasta nuevo aviso", lamentó Sandra González tras recibir la notificación por parte de la Cancillería argentina. "Estamos destrozados, habíamos depositado muchas expectativas en esta semana", agregó.
Mientras tanto, la familia de Alejo, que reside en la zona Este de Mendoza, aguarda información concreta sobre la reprogramación del proceso, en el que también están involucrados otros compañeros de trabajo que fueron arrestados junto con él mientras prestaban servicios en una empresa en El Salvador.
Detenido en El Salvador
Alejo Arias permanece tras las rejas en el marco del sistema de seguridad instaurado por Nayib Bukele, un modelo de gestión que ha sido cuestionado por eliminar garantías constitucionales y afectar la independencia judicial.
El caso del joven mendocino ha trascendido las fronteras y llegó hasta instancias internacionales. Incluso, El Papa Francisco recibió una solicitud de clemencia con la intención de que interceda ante el gobierno salvadoreño.
Arias llegó a El Salvador con un contrato laboral en una firma financiera, donde compartía tareas con otros empleados extranjeros. En julio de 2023 fue arrestado bajo la acusación de delitos graves, aunque sus familiares y abogados sostienen que su función en la empresa era la de cadete y asistente, sin capacidad de decisión ni personal a cargo.
Una espera angustiante para la familia
Para la familia de Arias, la situación ha sido un calvario. En un primer momento, el joven fue recluido en una prisión de máxima seguridad, sin posibilidad de contacto con sus seres queridos. La incertidumbre y la falta de información hicieron aún más desesperante el proceso.
Las gestiones diplomáticas, políticas y judiciales lograron establecer que Alejo se encontraba con vida y en condiciones estables. Posteriormente, fue trasladado a un penal de mediana seguridad, donde el régimen de detención es menos estricto.
A finales de 2024, su padre pudo visitarlo en la cárcel y llevar tranquilidad a su familia al constatar que su estado de salud era bueno.
Sin embargo, la Justicia salvadoreña aún no ha determinado su responsabilidad penal, y la espera por una definición mantiene a su entorno en una profunda angustia.
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