El dormitorio es una de las estancias más privadas de la casa, un lugar personal e íntimo en el que nos relajamos y dedicamos nuestras horas al descanso, por ello necesitamos que el dormitorio sea un espacio cómodo y agradable, que a su vez cuente con una buena decoración que nos haga disfrutar del tiempo que pasamos en él.
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Es importante que la estética que elegimos vaya acorde con nuestra personalidad, y un elemento que puede pasar desapercibido, pero que dota de mucho carácter a una habitación, es el cabecero, una pieza que se coloca en el centro del espacio, y que encabeza (valga la redundancia) y sirve de eje para el resto de mobiliario. Además, si eres de los que siguen el Feng Shui, debes saber que el cabecero es imprescindible como símbolo de protección, estabilidad y equilibrio.
Cabecero tapizado
Una opción que permite muchas posibilidades, desde un acabado neutro, una tela elegante como el terciopelo, hasta un estampado atrevido que alegra el espacio y, en cuanto al diseño, también existen muchas opciones: liso, cabeceros gallonados, con forma romántica, cabeceros con capitoné...
Cabecero de pared a pared
Una solución muy atrevida, ya que apuesta por ocupar toda la pared, lo que da más presencia al cabecero, y convierte el dormitorio en un espacio con mucha personalidad y carácter.
Cabecero hasta el techo
¿Por qué no llevar el cabecero hasta arriba? Además de alargar visualmente el techo de tu dormitorio, un cabecero que llegue hasta el techo es perfecto para insonorizar tu habitación, un truco de decoración que te ayudará a dormir mejor.
Cabeceros funcionales
Para aprovechar todo el espacio posible existe mobiliario que puede hacer de cabecero, y además albergar libros o servir de estantes en los que colocar piezas decorativas.
Cabeceros para camas de aire retro
Los cabeceros de aires antiguos son un clásico que nunca pasará de moda y, sobre todo, si les das un toque rústico.
Independientemente del material que estén hechos, suelen ser de inspiración antigua y, de hecho, muchos de ellos pueden ser directamente antigüedades a las que se ha dado así una segunda vida.