El vino Don Melchor Cabernet Sauvignon Puente Alto 2021 fue elegido recientemente el mejor del mundo por la prestigiosa revista Wine Spectator, un galardón que ayuda a consolidar el prestigio de los vinos chilenos y que llena de orgullo a esta viña del sur de la capital que tiene un viñedo solar experimental para adaptarse al cambio climático.
"Este es un vino atractivo que expresa el lugar, que tiene elegancia, fineza, armonía, pero a la vez tiene energía, expresión y el carácter del clima", dijo a EFE Enrique Tirado, enólogo y gerente general de la viña.
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Con 96 puntos de un total de 100, Don Melchor se convirtió en el tercer vino chileno de la historia en coronarse como el mejor del mundo.
Con un total de 4,5 millones de cajas de vino embotellado exportadas en octubre de 2024, Chile es el cuarto exportador de vino a nivel mundial, según la organización Vinos de Chile.
Brasil fue el primer destino de los vinos chilenos en octubre, seguido de Reino Unido y Corea del Sur.
"Siempre me gustó la combinación de la naturaleza y el viñedo con la parte artística. En el hacer vino hay mucho arte, usas tus sentidos para crear un nuevo vino y los acompañas de lo ingenieril, de la planificación y de los números", añadió el enólogo.
La protección de la Cordillera
El vino Don Melchor nace en un terreno de 127 hectáreas, con un suelo pedregoso, marcado por la Cordillera de los Andes, donde los días son cálidos y las noches frías.
"En la cosecha de 2021 tuvimos un clima muy equilibrado en el momento justo, con precipitaciones en cantidad y buenas temperaturas que permitieron llegar al final de la vendimia con un gran vino", relató Tirado.
La imponente Cordillera "protege" la viña de las variaciones meteorológicas extremas, pero el aumento del impacto de la crisis climática les llevó a implementar en 2018 un viñedo solar experimental, que brinda información valiosa sobre la relación entre la orientación y la densidad de plantación en el cultivo de la vid.
"Nos entrega mucha información sobre la temperatura, el agua, la radiación solar y nos permite aplicar los resultados en el viñedo antiguo para adaptarlo mejor a las distintas condiciones climáticas", explicó el enólogo.
Compuesto de 60 hileras de parras de 15 metros de largo, plantadas con una separación de 50 centímetros en el centro y 200 centímetros en el perímetro, el viñedo sigue un patrón radial y una conducción vertical de las vides.