Por Lacho Meilan, Especial para Jornada
De acuerdo con las mediciones periódicas que realiza la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas pyme durante el mes de agosto, cayeron un 10,5% en promedio de manera interanual. Pero además, hay una caída acumulada del 16,2% en los primeros 8 meses del año e incluso, “una caída intermensual del 1,6%, entre agosto y julio pasados”.
Esa situación, y las tendencias que se perciben con la actual situación, hacen prever que si el Gobierno de Javier Milei hace los deberes, “en 2025 puede haber alguna recuperación, pero será muy lenta”.
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Así lo destacó en los micrófonos de Radio Jornada, Salvador Femenía, vocero de la CAME.
El referente técnico de la entidad que nuclea a las pymes de todo el país, sobre todo del sector comercial, habló en el programa "Lado A" y señaló que con el actual escenario, “de acá a fin de año y mientras no aparezca alguna nube que descargue una situación diferente, los índices seguirán siendo negativos en la comparación interanual (2024 frente a 2023)”.
Y ya pensando en el año que viene, esa situación, si se sigue con “un poco” de recuperación, “lógicamente los índices serán positivos”.
Para el representante de los pequeños y medianos empresarios, el Gobierno nacional “ha tenido algunos objetivos muy importantes cumplidos” desde el punto de vista económico, “pero hay otras cosas que aparentemente, el mercado todavía no ve como resueltas, y eso puede generar alguna incertidumbre”.
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Por otro lado, desde su visión técnica, el Ejecutivo, tanto por la política que está aplicando y por su propia convicción ideológica, “no va a generar ninguna herramienta que provoque un shock de consumo”, a diferencia de lo que sí se hacía el año pasado desde la gestión de Sergio Massa en Economía y en tiempos preelectorales.
En consecuencia, con esta actitud de la tarea de Milei, difícilmente la recuperación sea rápida, según el concepto de la CAME.
El “estoqueo” funcionó a medias
Una de las acciones que tuvieron muchos comercios, principalmente grandes, al comienzo de la gestión Milei, y previniendo las fuertes devaluaciones del peso que llegarían, fue la de “estoquearse” o acumular productos en sus depósitos para prever, precisamente, los fuertes incrementos de precios que por entonces se rumoreaban.
Para la CAME, esa actitud en algunos casos no fue tan buen negocio, sobre todo para las pymes, ya que el fuerte incremento del dólar a principios de 2024, les jugó en contra.
Pero en otros casos funcionó de manera adecuada, porque terminó promoviendo bajas de los precios pagados por el consumidor final, a largo plazo. “Un ejemplo es el azúcar, que hace unos meses costaba $1.600 o se consigue por $700”, destacó Femenía.
De todos modos, el entrevistado llamó la atención de que hay productos que no se muestran más bajos y sus rebajas “se disfrazan con promociones” como el 2 por 1 o el menor precio “en una segunda unidad”.
El país de las segundas y terceras marcas
Otro punto a destacar es la tendencia de mucha gente que, bajo el contexto actual, ha cambiado sus hábitos de consumo, apuntando a otras formas de acceder a los productos. Una de las más comunes es adquirir segundas y hasta terceras marcas.
“Lo que notamos es que en el sector minorista de pyme, del mercado de cercanía, el consumidor busca la segunda y tercera marca. Y en las grandes superficies (súper e hipermercados), hay mucha presencia pyme a través de marcas propias de esos supermercados, que la pyme les fabrica”, resaltó Femenía para mostrar cómo es el negocio en estos tiempos de complicada situación económica.
En ese sentido, y teniendo en cuenta la lenta mejora que de modo optimista se puede tener, accedió a analizar cómo puede ser el futuro de las pyme. “No queda mucho margen para empeorar, si eso sucede, muchas ya no podrán seguir. Pero si se produce el alivio, habrá sido una prueba superada”, concluyó el vocero de la CAME, esperanzado en que lo peor de la crisis, ya haya pasado.