El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a agosto registró un incremento del 4,2%, manteniendo la tendencia de desaceleración, aunque a un ritmo muy leve. Con este dato, la inflación interanual se disparó al 236,7%, mostrando que los precios continúan su avance pese a los esfuerzos del Gobierno por contenerlos.
El dato mensual se ubicó en línea con las proyecciones de las consultoras privadas, que esperaban un índice cercano al 4%. El rubro de alimentos y bebidas, uno de los más sensibles por su impacto directo en los consumidores, registró un aumento del 3,8%, según estimaciones de EcoGO, Orlando Ferreres & Asociados y C&T. Este comportamiento refuerza la idea de que ciertos sectores clave siguen mostrando resistencia a la baja, dificultando una desaceleración más rápida.
Factores que sostienen la inflación
Uno de los elementos que frenó una baja más pronunciada en agosto fue la evolución de los precios regulados. Si bien han experimentado ajustes menores, siguen actuando como un freno inflacionario. Además, el presidente del Banco Central, Vladimir Werning, había pronosticado un leve alivio para septiembre, con una expectativa de inflación cercana al 3,5%, gracias a la reducción del impuesto PAIS en 10 puntos porcentuales. Sin embargo, este alivio aún no ha impactado de manera significativa en los precios generales.
El ministro de Economía, Luis Caputo, admitió que la inflación “no cede al ritmo esperado”, pero destacó que el dato de agosto es el más bajo desde enero de 2022, cuando la variación fue del 3,9%. Caputo subrayó que la política monetaria de “emisión cero” y la reducción del impuesto PAIS podrían facilitar la estabilización de precios en los próximos meses, aunque los resultados de estas medidas todavía no son evidentes.
Expectativas a futuro
Pese a los esfuerzos del Gobierno, la inflación sigue manteniéndose en niveles elevados, y la resistencia a la baja de ciertos sectores impide un alivio contundente. El mercado sigue atento a la evolución de las políticas monetarias y fiscales, con el objetivo de observar si en los últimos meses del año se logrará una mayor estabilización o si la inflación continuará marcando un desafío crítico para la economía argentina.