Los beneficios sociales son uno de los derechos laborales que se encuentran contemplados en la legislación Argentina. Incluso, mucho antes de que se hablase sobre paquetes de beneficios para empleados la Ley de Contrato de Trabajo ya incluía este concepto.
En los últimos tiempos los beneficios sociales están bajo la lupa de las autoridades por diversas cuestiones. Una de ellas se relaciona al hecho de que algunas empresas intentan hacer pasar por “beneficios sociales” sumas o conceptos que no lo son. Lo que implicaría que estas se entreguen sin aportes y contribuciones.
Por eso, hay mucho que saber al respecto, sobre todo si querés implementar un plan de beneficios sociales para tus colaboradores de manera adecuada, sin incurrir en malas prácticas que puedan desencadenar sanciones por parte de las autoridades.
Pero, además, estas prestaciones pueden representar un diferencial muy valioso para trabajar el employer branding de la empresa, aumentar la satisfacción de empleados y con ello la retención.
Hoy te contamos qué son los beneficios sociales, qué establece la ley al respecto, cuáles son las ventajas de dar beneficios a los empleados y cómo instrumentarlos.
Qué son los beneficios sociales
Para entender qué son los beneficios sociales debemos partir de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT): “Los beneficios sociales son prestaciones de naturaleza jurídica de seguridad social, no remunerativas, no dinerarias, no acumulables ni sustituibles en dinero, que brinda el empleador al trabajador por sí o por medio de terceros, que tiene por objeto mejorar la calidad de vida del dependiente o de su familia a cargo”.
Por ello, para la ley argentina los beneficios sociales son conceptos no remunerativos. Esto quiere decir que no se consideran remuneración, sino un complemento de esta. Lo que nos lleva a revisar qué son los conceptos remunerativos.
En líneas generales, podemos decir que si la causa del pago de un beneficio se relaciona a un contrato de trabajo y su finalidad es que el colaborador obtenga una ganancia, el concepto abonado debe considerarse remunerativo.
Así, estos conceptos remunerativos se constituyen como salario, por tanto, deben figurar en los recibos de haberes y tributar cargas sociales e impuesto a las ganancias. Además, claro, de ser tenidos en cuenta para el cálculo del aguinaldo, vacaciones, horas extras y tomado como base para el cálculo de la indemnización laboral cuando proceda.
Por ello, ejemplos de beneficios no remunerativos pueden ser la provisión de servicios de comedor en la empresa, la provisión de ropa de trabajo o el otorgamiento o pago de cursos o seminarios de capacitación o especialización.
Así, los beneficios sociales son prestaciones no dinerarias que las organizaciones brindan a sus trabajadores como complemento del sueldo y ajeno a este y otras prestaciones y conforman la compensación total que reciben los empleados. El objetivo de estos beneficios es fomentar el bienestar del talento y su familia, así como contribuir a una mejor calidad de vida laboral.
Cómo implementar un plan de beneficios sociales
Administrar beneficios para empleados puede ser complejo sin una hoja de ruta detallada sobre los pasos a seguir. Por eso, te compartimos el paso a paso para entender cómo implementar un plan de beneficios sociales para tus colaboradores:
Establecer objetivos
Para empezar, es fundamental entender porqué querés implementar un plan de beneficios sociales en tu empresa. En este punto, es importante que tengas en cuenta tanto los objetivos globales de la empresa, como las metas específicas a alcanzar con este plan.
Quizás, la búsqueda de esta implementación sea mejorar la productividad de tu equipo o su retención. Más allá de las razones concretas, lo que buscamos en este paso es establecer adónde queremos llegar, para poder medir después el grado de progreso hacia esa meta.
Definir presupuesto
¿Cuál es el costo que puede asumir tu empresa para financiar los beneficios sociales de los empleados? Si bien es cierto que muchas de las prestaciones que se pueden otorgar no implican una inversión considerable por parte de la compañía, otras, como los gastos médicos o de guardería, pueden representar una suma considerable. Sobre todo si tenés un equipo grande.
Por eso, antes de avanzar con la elección de los beneficios a ofrecer, es fundamental definir qué presupuesto vas a destinar a esta iniciativa. Esto, de alguna manera, también va a ayudarte a enfocar mejor qué tipo de prestaciones sociales podés permitirte incluir dentro de tu plan.
Evaluar necesidades
Esta es una instancia clave porque puede revelar información muy valiosa. Se trata de hacer una evaluación para determinar cuáles son los puntos fuertes de las prestaciones que actualmente le ofreces a tu equipo y qué aspectos podés mejorar.
Por ejemplo, hay empresas que ofrecen ciertos beneficios sociales, pero que no están constituidos dentro de un plan o paquete de beneficios. Por lo tanto, no están estructurados de manera adecuada y muchas veces ni siquiera ayudan a cumplir el objetivo de la empresa.
Debido a ello, puede que la organización esté destinando recursos a iniciativas que no producen los resultados esperados. Por eso, es clave evaluar qué necesita actualmente tu empresa. Esto implica considerar:
Qué establecen las normas legales. Como ya vimos, las leyes laborales establecen ciertos beneficios sociales obligatorios para los empleados. Es necesario tenerlos en cuenta para asegurarte de que tu plan cumpla con los requisitos legales mínimos.
Las necesidades de tus empleados. La idea de entender cómo implementar un plan de beneficios sociales para tus colaboradores es diseñar un paquete acorde a las necesidades y expectativas de los empleados. Tener una comprensión clara de esto puede ayudarte a ofrecer planes de beneficios que resulten más efectivos y funcionales a los objetivos de la empresa.
El mercado laboral. Otro punto esencial es la investigación del mercado laboral, dado que puede brindar una noción clara sobre qué están ofreciendo actualmente otras compañías de tu sector. Así, podés elegir beneficios competitivos que contribuyan a la atracción y retención de empleados.
Beneficios actuales. Si actualmente tenés un plan de beneficios es importante revisar qué impacto tiene en tu equipo y, con base en eso, ajustar tu plan.
Seleccionar los beneficios del plan
Con los objetivos y necesidades de tus empleados bien claros, podés comenzar a seleccionar los beneficios adecuados para tu plan. En este punto, una recomendación es organizar las prestaciones que querés ofrecer según su relevancia y prioridad.
En otras palabras, puede que haya beneficios que se necesite implementar con más urgencia que otros. Por ejemplo, si la tasa de absentismo por burnout no para de crecer en tu empresa, ofrecer una cobertura de salud superior, que incluya asistencia psicológica a un menor costo o bonificada puede ser prioritario.
Lo importante es que sean beneficios alineados a las necesidades de tu personal. Sin descuidar los objetivos generales de la empresa y particulares del plan.
Compartir el plan de beneficios
Una vez sorteado el principal desafío, que es determinar los beneficios sociales a ofrecer, lo que sigue es mucho más simple: comunicarlo.
Comunicar de manera efectiva el plan de beneficios puede ayudar a los colaboradores a entender mejor cuáles son sus opciones y aprovecharlo al máximo. Ya que de nada sirve implementar una iniciativa como esta para que los trabajadores no la aprovechen.
Para eso, comunicá con claridad qué incluye el plan de beneficios sociales y cómo se puede acceder a estos. En este caso, una buena idea puede ser crear recursos informativos tales como ebooks, presentaciones o videos con instructivos sobre cómo usar estas prestaciones.
Además, podés aprovechar esta instancia para transmitir el compromiso de la empresa con la mejora de la calidad de vida de su talento.
Una herramienta esencial para garantizar la comunicación efectiva del plan de beneficios es el software de comunicación interna. Con este podés asegurarte de que tus empleados tengan acceso a información detallada y actualizada de sus beneficios sociales.