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Bielsa, la denuncia y el contexto

Marcelo Bielsa, el entrenador argentino de la selección uruguaya, logró sacudir el ambiente de la Copa América con unas resonantes declaraciones en la conferencia de prensa posterior al partido en el que su equipo quedó eliminado ante Colombia, y en referencia a los hechos de violencia en los que varios de sus jugadores fueron protagonistas, al enfrentarse en las plateas del estadio a hinchas colombianos que podrían haber estado alcoholizados y que hostigaron a sus familiares durante toda la noche.

14/07/2024 00:25
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La chispa se disparó cuando un periodista uruguayo le preguntó a Bielsa si temía por sanciones a sus jugadores luego de los incidentes, lo que motivó una respuesta indignada del director técnico, quien aprovechó para tratar de invertir la prueba de las responsabilidades y sostuvo que era la organización la que, al fallar, debía pedir perdón a sus jugadores, y, de paso, agregar que las falencias fueron muchas, enumeró varias y hasta hizo alusión al FIFA-Gate y a su paso por la selección argentina durante seis años.

Tras estas declaraciones, en las que no faltaron alusiones al periodismo deportivo, que según él calla y no cuenta los desastres que ocurren en la organización del certamen por intereses económicos -lo que motivó que un colega del país oriental se retirara de la sala, anunciándolo- muchos sostuvieron a Bielsa como el adalid de la protesta y como símbolo de una suerte de resistencia contra el poder político, en este caso, el futbolístico.

Es más, Bielsa incluyó en su queja que Scaloni se haya referido al mal estado de los campos de juego al principio del torneo, pero dio a entender que luego no pudo seguir refiriéndose al tema porque el sistema no se lo permitía, y también recordó que la selección boliviana tuvo que suspender entrenamientos por las falencias organizativas.

Según pudo investigar este periodista, con horas de consultas a colegas y otras fuentes para reconstruir los hechos durante el partido Uruguay-Colombia, no queda tan claro el origen de los hechos de violencia si nos debemos a los archivos de imágenes existentes. El muy respetado colega peruano Carlos Salinas estuvo presente en el estadio de Charlotte, en Carolina del Norte, y cuenta que notó que había muchos hinchas colombianos que habían bebido mucho, y que en el contexto de un partido caliente, y sabiéndose locales porque en el estadio la gran mayoría tenía camisetas amarillas como ellos, se sintieron envalentonados para provocar a los familiares de los jugadores uruguayos, quienes, luego de perder el partido, y alterados por una supuesta provocación de Miguel Borja a Luis Suárez en el campo de juego, al anoticiarse de lo ocurrido con sus familiares, acudieron en su ayuda, generándose una escena de pugilato, y en la que el volante “celeste” Rodrigo Bentancur arrojó una botella que dio, sin pretenderlo, en el rostro del preparador físico de su mismo equipo, Santiago Ferro.

En otras palabras, la indignación de Bielsa, que dio origen a su posterior denuncia y protesta en la conferencia de prensa, parte de una base no tan segura, que merece una investigación, aunque sí tiene absoluta razón en un punto: buena parte de la trifulca se hubiera evitado si la organización hubiese estrechado las medidas de seguridad, no con dos policías que fueron arrastrados en la marea, sino, por ejemplo, abriendo la puerta de la escalerilla que daba al campo de juego, con lo que habría alejado a los familiares del lugar de los hechos.

Pero la gran pregunta que nos queda no es otra que, si Bielsa habría dicho todo lo que dijo en aquella conferencia de prensa post-Colombia en el caso de haber ganado el partido Uruguay, o de haber conseguido la clasificación a la final. ¿No sabía el entrenador uruguayo de los problemas de la organización del certamen, de que la selección boliviana no había podido entrenarse alguna vez, que los campos de juego estaban en muy malas condiciones y la pelota picaba mal, que los protagonistas no podían hablar, cuando Uruguay avanzaba en el torneo y pasaba a las fases siguientes? ¿Por qué no lo dijo en ese momento y en cambio sí lo dijo cuando su equipo quedó eliminado?

Durante la conferencia de prensa del día anterior a la final, por parte de Scaloni, consultado por las palabras de Bielsa, respondió que él se solidarizaba con los jugadores uruguayos pero que, en su caso, había preferido hablar del mal estadio de los campos de juego durante los primeros días, pero no repetirlo más, “porque podía sonar a excusa” si los resultados no eran benévolos para su equipo.

Cuando se genera un ruido tan grande, el contexto es muy relevante. Diego Armando Maradona explotó contra la FIFA por las altas temperaturas, la altura sobre el nivel del mar de México DF y los horarios de los partidos en el Mundial de 1986 antes de que se iniciara o muy al principio, no cuando su equipo fue derrotado. Y no es algo menor. Maradona lo dijo como servicio a toda la comunidad futbolística y pese a enfrentarse al presidente de la FIFA, Joao Havelange, fue la gran estrella del torneo y fue campeón mundial.

Casi cuatro años más tarde, Maradona afirmó que el sorteo del Mundial de Italia 1990, en diciembre de 1989 en Roma, estaba amañado y entonces se tuvo que enfrentar al secretario general de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, quien amenazó con tomar medidas como una posible suspensión de su participación en el Mundial. “Vamos a ver si se atreve -dijo Maradona- porque me necesita”. Y no sólo jugó el torneo, sino que llegó a la final. Una vez más, la queja llegó antes de los hechos, no después, no con el diario del lunes.

No puede decirse que Maradona haya sido el sistema, precisamente. No, de quien intentó, por ejemplo, fundar un sindicato mundial de futbolistas paralelo al existente, o quien fue utilizado por la FIFA para vender todos los boletos y los derechos del Mundial 1994 para luego exagerarle el caso de doping y sacarlo cuando ya no servía demasiado.

Bielsa, en la misma conferencia de prensa de Charlotte, sostuvo que lo que había ocurrido, comparado con sus seis años en la AFA al frente de la selección argentina (1998-2004) “es de nene de pecho”, con lo cual está indicado que en aquellos momentos ocurrieron hechos gravísimos, pero pasados veinte años de aquella renuncia por quedarse “sin energías”, nunca supimos bien qué fue lo que pasó. Dos décadas después, nos enteramos de que hubo muchas cosas para denunciar, pero las denuncias no aparecen.

Por eso, una vez más, volvemos al contexto. Lo que Bielsa denunció en la conferencia de prensa, es cierto en una muy buena medida, como lo referente a la organización y sus falencias, como lo que dijo que ocurre con “el periodismo”, aunque debió separar a los que son independientes -que los hay- y que no tienen ninguna clase de complicidad con el poder y simplemente, son víctimas de él, que cada vez más necesita de los grandes conglomerados y menos de los que, por ejemplo, hacen preguntas molestas o escriben artículos “antipáticos”.

Pero allí aparece la paradoja de que Bielsa pone a todos los medios en una bolsa, y varios medios que no pecan de lo que alude, terminan alzándolo como superhéroe por haber dicho algunas verdades importantes, sí, pero tarde, mal, y pronto.

Por eso, cada vez más, se necesita del contexto. Para poner las cosas blanco sobre negro, o negro sobre blanco. Para no levantar monumentos innecesarios e inútiles, reconocer la importancia de algunas denuncias, pero entender que valiente es aquel que lo dice cuando no representa un beneficio propio de ninguna clase, cuando no existe ninguna especulación y sólo prima el intento de cambiar las cosas de verdad, sin ser parte integrante de ese mismo sistema que ataca.

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