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Una Universidad pública para seguir siendo una provincia y una Nación

En 85 años, la UNCUYO preparó a mendocinos y foráneos con alta calidad educativa. En 1953 se incorporó la regional de la UTN con similar fuste académico. Ambas ya han formado a unos 90 mil estudiantes que han ayudado a transformar la provincia.

01/10/2024 20:09
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Este día es especial para los argentinos. Miles de compatriotas salen a la calle a defender a la Educación universitaria pública y a la ciencia, pidiendo más presupuesto, cuestionando el desfinanciamiento planteado desde el Gobierno nacional pero sobre todo, vindicando una historia que a nivel país ya lleva más de cuatro siglos y que permitieron al país convertirse en una Nación.

Son precisamente 402 años desde que se creó la Universidad de Córdoba, primera casa de estudios superiores del país. Siempre pública, siempre abierta a todos, más allá de que no siempre todos pudieron ocuparla. Pero siempre generando nuevos profesionales que -como se ha dicho y reiterado- sin dudas ayudaron a formar a la Nación.

En Mendoza la historia es más corta, pero no menos relevante. La Universidad Nacional de Cuyo se creó en 1939. Al principio albergó a estudiantes de las tres provincias de la región. Recién en 1973, fue exclusiva para Mendoza, aunque en ella se han formado habitantes de esta tierra y de distintas partes del mundo.

En estos 85 años de vida, en la UNCUYO se transformaron en profesionales más de 85 mil personas. En los primeros años, sólo de algunas carreras. Hoy, en 101 trayectos académicos que se pueden estudiar en sus facultades, desde médicos, ingenieros y abogados hasta arquitectos, politólogos, artistas, periodistas y muchos técnicos.

En estos días son cerca de 50 mil estudiantes en todos los niveles, teniendo en cuenta sus 12 facultades, su escuela primaria, sus 6 escuelas secundarias y los 3 institutos, entre los que se destaca el prestigioso Balseiro (en Bariloche), donde se preparan científicos de altísimo nivel.

A esta Casa de Estudios, considerada la más importante del oeste argentino, se le sumó en 1953 la versión local (facultad regional Mendoza) de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Desde ese momento a la actualidad, ya se han recibido unas 3 mil personas, la mayoría de distintas ramas de Ingeniería, aunque en los últimos tiempos se han creado muchas otras carreras (5 licenciaturas y 6 tecnicaturas sin contar otros cursos y formaciones de posgrado).

Todo esto sirve para marcar en pocos párrafos el valor cuantitativo de las universidades públicas en Mendoza. Porque a aquellos 85 mil egresados de la UNCUYO y los 3 mil de la UTN, sin dudas, también contribuyeron desde sus profesiones, sus respectivos esfuerzos y su capacidad aprendida, a transformar a la provincia. Ellos y todas sus familias, que los apoyaron para convertirse, con no poco esfuerzo, en elementos fundamentales de la sociedad.

Hoy Mendoza (como el país) es lo que es en buena parte gracias a sus universidades públicas. Lo vemos en cada cama de hospital, en cada plaza, en cada obra, en cada gestión política o empresarial, en cada teatro o en la calle.

Y hoy, más de 50 mil estudiantes que anhelan recibirse, son el potencial de las mejoras para la provincia y la región. Con nuevas modalidades, con nuevas carreras, con nuevos enfoques, pero con el mismo esfuerzo y afán de los que quedaron en la historia.

Eso es lo que hoy se defiende. Esa Universidad argentina que supo contener a jóvenes entusiastas con ansias de cambiar el mundo. Y que indudablemente lograron su cometido. En cada localidad, en cada municipio, en cada provincia, en el país todo.

Esos casi 90 mil egresados que hoy tiene Mendoza, que se suman a varios cientos de miles en toda la Argentina a lo largo de la historia, llegaron de la mano de un Estado que decidió hace siglos apostar por ellos y por una educación de excelencia.

Esa apuesta fue para que lugares como Mendoza fueran la gran provincia que hoy es. Y en el país, para Argentina fuera una gran Nación.

Hoy entonces, la premisa es la misma: para que Argentina siga siendo una Nación.

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