No se trata de mercancias comunes. Su venta libre podría causar serios inconvenientes a quienes los consuman sin supervisión de profesionales médicos y farmacéuticos.
El presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), Ricardo Pesenti, habló sobre los peligros de la desregulación de los medicamentos y sostuvo que hay mucho “desconocimiento” al respecto.
“Hay desconocimiento en un montón de aspectos en la desregulación de medicamentos. No se está teniendo en cuenta que ya se han tenido en la década del 90. Con el solo objetivo de que haya mayor competencia de precios o mayor accesibilidad, quizás se están tomando medidas que no corresponden para la salud de la gente”, enfatizó el referente del sector de los profesionales de las farmacias y los medicamentos.
Pesenti ejemplificó: “Cuando hay algún problema dentro del sector, cualquier producto que Anmat identifica que no tiene que llegar a la población se retira del mercado, pero si está la posibilidad de que el medicamento esté disponible en cualquier lado, el kiosquero, el que atiende el minimarket, los comercios no específicos de cualquier lugar, no se van a enterar de los problemas ni tampoco sobre lo que le pasa al consumidor, por lo que puede haber perjuicio para la salud”.
“Hasta que no haya pasado algo grave quizás no se reviertan estas medidas.
En la década del 90, que se terminó con la mafia de los medicamentos, se llevó 15 años revertirlo con una ley. El farmacéutico sabe mucho de los medicamentos, siempre damos garantías. Hoy lo que se está haciendo es tomar al medicamento como cualquier mercancía, cuando no lo es”, remarcó.
“Yo no creo que este Gobierno dé marcha atrás, pero por lo menos que ponga un freno acá y empiecen a controlas”, finalizó.
Hay localidades, provincias, municipios, como Mendoza, donde la regulación, la fiscalización y los controles fueron efectivos durante varias décadas. Eso trajo como beneficio que no se registraran casos de intoxicación o dificultades sanitarias masivas. Quizá se puedan contar casos aislados, pero en general hay un respecto y un convencimiento de que los profesionales sirven para cuidar y orientar.
Existen comercios no habilitados donde se venden algunos medicamentos sin control, y está claro que quienes recurren a esos lugares para aliviar sus dolencias, son los sectores más desprotegidos, los de menos ingresos, los que no acceden ni al sistema de salud pública estatal. Si eso queda afuera de las fiscalizaciones, habrá casos y la sociedad sufrirá las consecuencias.