La muerte de Jorge Mario Bergoglio pausó la agenda legislativa y retrasó el debate de esta iniciativa, que busca prohibir que personas con condenas judiciales se presenten como candidatos, como en el caso de Cristina Fernández de Kirchner.
Sin embargo, surgieron rumores desde el entorno de Ezequiel Atauche, jefe del bloque oficialista, que despertaron dudas sobre el interés real del oficialismo en avanzar con la propuesta. Voces cercanas a Atauche señalaron que el Gobierno no tendría intenciones de aprobar Ficha Limpia para evitar favorecer a Silvia Lospennato, diputada del PRO que lidera la lista de legisladores porteños.
Estos comentarios alimentaron la sospecha de que no habría un esfuerzo serio para reunir los votos necesarios. Además, se da en un momento de creciente rivalidad entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO, lo que complica aún más la situación.
En el Congreso, varias fuentes aseguran que el oficialismo estaría intentando dilatar la discusión, mientras el PRO presiona para tratar el tema cuanto antes, en el marco de su estrategia para las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires. Por su parte, la Unión Cívica Radical (UCR) se muestra dividida, aunque promete aportar los votos necesarios.
La vicepresidenta Victoria Villarruel expresó su voluntad de que el proyecto se convierta en ley. Sin embargo, la fuerte pelea entre el PRO y LLA, justo en la previa de las elecciones porteñas, amenaza con trabar cualquier avance.
En este escenario, algunos aliados de La Libertad Avanza admiten que el oficialismo no tiene una postura clara y creen que prefieren mantener la situación indefinida antes que otorgarle una victoria política al PRO y a Mauricio Macri en pleno proceso electoral.
A esto se suma la incertidumbre por la regularización de activos que debe definir Caputo, creando un clima de mucha tensión. El destino de Ficha Limpia y la resolución de este tema económico serán claves para el futuro político y económico en los próximos meses.
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