La República Popular China expresó hoy su "firme" apoyo a la Argentina en sus "esfuerzos para preservar la estabilidad económica y financiera", en el marco del acuerdo que el país alcanzó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Así lo expresó el Gobierno chino en una declaración conjunta que firmaron ambos países luego de la reunión bilateral entre el presidente Alberto Fernández y su par Xi Jinping que se desarrolló en el Gran Palacio del Pueblo, en Beijing.
En la declaración, China se comprometió a estudiar proyectos de canalización de derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de expansión de su uso, propuestos por el gobierno argentino, y ambos países coincidieron en la necesidad de que el organismo internacional "lleve a cabo una revisión" de su política de sobrecargos.
"La Parte china está dispuesta a estudiar con la parte argentina y otras partes proyectos de canalización de derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de expansión de uso de DEG, con el objeto de fortalecer el desarrollo económico, la estabilidad financiera y el comercio bilateral", dice la declaración conjunta firmada entre los gobiernos de Argentina y China.
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Durante la última cumbre del G20 en la ciudad italiana de Roma, a fines de octubre del año pasado y de la cual participó Fernández, los líderes de los países miembros solicitaron al Fondo Monetario Internacional (FMI) la creación de un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad para proporcionar financiación asequible a largo plazo a los países de ingreso medios y bajos, y pidieron la canalización voluntaria de parte de los Derechos Especiales de Giro (DEG) asignados para ayudar a los países vulnerables.
Los DEG son un activo multilateral creado en 1969 por el FMI, que complementa las reservas oficiales de los países miembros, da liquidez, pero no constituye una moneda en el sentido estricto, aunque pueden conservarse como reservas internacionales.
La declaración conjunta de Argentina y China fue difundida al término de la reunión bilateral entre Fernández y Jinping, en el marco de la gira internacional que realiza el mandatario argentino, primero por Rusia, China y luego Barbados.
"La Parte china apoya firmemente los esfuerzos de la Parte argentina para preservar la estabilidad económica y financiera del país", destaca la declaración, en el marco del acuerdo que el Gobierno argentino viene de cerrar con el FMI para renegociar la deuda contraída durante la administración de Mauricio Macri.
En el texto oficial se indica que ambas partes "destacaron la renovación del Acuerdo de SWAP de monedas entre el Banco Popular de China y el Banco Central de la República Argentina en 2020, lo cual desempeñó un papel importante para mantener la estabilidad financiera de la Argentina".
Asimismo, se informa que ambos gobiernos "seguirán estrechando la cooperación de SWAP de monedas con el fin de incentivar un mayor uso de las monedas nacionales en el comercio y las inversiones y facilitar a las empresas de ambos países la rebaja de los costos y la reducción del riesgo de cambio".
En tanto, los dos gobiernos se comprometieron a crear un buen marco político para promover el uso de las monedas nacionales, y respaldarán al banco chino de liquidación en Renminbi (RMB) en la Argentina "para desempeñar un mayor papel".
El swap (intercambio) con China se suscribió originalmente en 2011, durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner como presidenta, y equivalió a un crédito por US$ 10.200 millones, por tres años, con posibilidad de renovación, la cual se concretó en 2014 por US$ 11.000 millones, en 2018 y en 2020, por la misma cifra.
Por otro lado, Argentina y China coincidieron en la importancia del G-20 como "foro destacado para la cooperación económica internacional" y acordaron seguir trabajando en áreas de interés común, como salud, finanzas y comercio, para promover la dimensión del desarrollo en la agenda del bloque, colaborando con la actual Presidencia de Indonesia.
Los presidentes Fernández y Xi destacaron sus coincidencias en el "fortalecimiento de la comunicación en el canal financiero del G-20 en temas de gran relevancia para fomentar una recuperación económica sostenible y equilibrada de cara a la crisis del Covid-19, reforzando la coordinación para terminar la pandemia cuanto antes".
Finalmente, los gobiernos argentino y chino subrayaron la importancia del "fortalecimiento de la comunicación para mejorar el funcionamiento de la arquitectura financiera internacional en asuntos como la redistribución de la nueva asignación general de DEGs del FMI y manifestaron la necesidad de que el organismo lleve a cabo una revisión de su política de sobrecargos".
Además, ambas partes coincidieron en la "relevancia de contar con una red de seguridad financiera global (GFSN por sus siglas en inglés) robusta con una distribución razonable de las cuotas en el FMI".
También en octubre en Roma, en su declaración final de la Cumbre, los líderes del G20 pidieron la revisión de la política de sobrecargos del FMI, en línea con el planteo que el Gobierno argentino realizó durante todo 2021 en distintos foros y en sus negociaciones bilaterales con el organismo de crédito.
La política de sobrecargos del Fondo consiste en cobrar tasas de interés más altas a los países que tomaron préstamos por encima de sus cuotas.
Para la Argentina, las sobretasas significan una erogación anual de unos US$ 1.000 millones extras, como consecuencia del crédito stand by, firmado en junio de 2018 por el Gobierno del expresidente Mauricio Macri, y sobre el cual el propio Fondo emitió en diciembre un dictamen crítico donde reconoció que se trató de “un programa frágil” con bases que “no eran lo suficientemente sólidas”.