En un operativo que marca un precedente en la política tributaria mendocina, la Administración Tributaria Mendoza (ATM) confiscó el vehículo de un contribuyente con una deuda superior a los $35 millones en concepto de Ingresos Brutos. El procedimiento incluyó todas las notificaciones y trámites legales antes de proceder con el secuestro, una medida que refuerza la estrategia de la ATM para reducir la morosidad entre grandes deudores.
El ministro de Hacienda y Finanzas, Victor Fayad, explicó la firme postura del gobierno en materia de cumplimiento fiscal. “Es un pilar fundamental de nuestra política: asegurar que quienes eluden sus obligaciones enfrenten consecuencias. Hay contribuyentes que hacen un esfuerzo significativo para estar al día, y a ellos debemos proteger”, afirmó Fayad. Según el funcionario, este tipo de medidas tienen como objetivo no solo recuperar lo adeudado, sino también fomentar la equidad entre los contribuyentes.
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Proceso administrativo exhaustivo
Antes de la confiscación, el contribuyente recibió múltiples notificaciones a través del Domicilio Fiscal Electrónico, así como avisos de sentencia judicial. Tras agotar estas instancias sin éxito, la ATM procedió a la retención del vehículo, convirtiéndolo en una garantía para el futuro pago de la deuda.
El director general de Rentas, Nicolás Chaves, señaló que la medida es parte de un “proceso continuo” en la gestión de grandes deudores. “Se les ofrecen varias oportunidades para regularizar sus deudas. Sin embargo, ante la falta de respuesta y el incumplimiento de una sentencia judicial, el juez autoriza la retención del vehículo”, detalló Chaves, subrayando que el deudor deberá presentarse para cancelar la deuda si quiere recuperar su propiedad.
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Medida ejemplar para combatir la morosidad
Este secuestro es solo uno de los métodos en la estrategia de la ATM para combatir la evasión y asegurar el cumplimiento fiscal entre grandes contribuyentes. La administración intensifica regularmente sus campañas de gestión de deudas sobre importantes deudores, buscando sentar un precedente de que la morosidad tendrá consecuencias efectivas.
Con esta política de acción directa, Mendoza apuesta a un sistema tributario más equitativo, donde quienes cumplen no sientan que su esfuerzo es en vano. Para los deudores, el mensaje es claro: las obligaciones fiscales deben cumplirse o el costo será cada vez mayor.