La jueza Mariana Gardey avaló la hipótesis de la Fiscalía de Homicidios y dictó la prisión preventiva para Franco Nicolás Cuello, el Policía acusado de asesinar a Valeria Ramírez (26) de un balazo en la cabeza en el barrio La Gloria de Godoy Cruz.
Es que desde un principio la Fiscalía de Homicidios entendió que se trataba de un femicidio, y apuntaron contra Cuello, que era pareja de la joven madre.
Por su parte el uniformado negó las acusaciones y aseguró que se trató de un disparo accidental. Sin embargo las pruebas presentadas por la fiscal Claudia Ríos convencieron a la fiscal Gardey, quien decidió que el acusado siga detenido y que se investigue como un caso de violencia de género.
El abogado de Cuello, Leonardo Pascón, presentó varias nulidades, entre ellas la de la declaración del hijo de la pareja, de 4 años, y quien presenció la muerte de su madre.
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Allí el letrado señaló que los investigadores nunca le dijeron al pequeño que este podía abstenerse a declarar, y por eso pidió que no se tuviera en cuenta los relatos del pequeño, planteo que fue negado por la magistrada.
Previo a la audiencia de prisión preventiva el acusado había cambiado su versión de los hechos, ocurrido el 25 de noviembre del año pasado, y aseguró que fue su hijo quien disparó su arma de forma accidental. En ese sentido agregó que él le prestaba al menor el arma reglamentaria, chaleco y demás objetos de la fuerza.
Luego, cuando la prueba de parafina confirmó que Cuello había disparado un arma, admitió que fue él quien accionó la pistola, aunque aclaró que lo hizo “sin querer”. Así las cosas el acusado seguirá detenido al menos hasta que se lleve adelante el juicio.