La Justicia Federal condenó a los 14 integrantes de La Banda del Chino, acusados de varios contrabandos por un valor superior a los 3 millones de dólares. Los ahora condenados recibieron penas que van desde los 2 a los 9 años de prisión.
El megajuicio había comenzado en abril del año pasado y se extendió durante varios meses debido a la gran cantidad de procesados. Finalmente, y luego de un arduo trabajo, la fiscal María Gloria André logró convencer a los jueces de que estaban ante los integrantes de la banda que entre 2016 y 2018 logró ingresar un sinfín de mercadería a Mendoza desde Chile evitando pagar los impuestos correspondientes.
Todos los condenados:
- José Rodríguez Núñez, empresario: 9 años
- Daniel Martínez Pinto, empresario: 9 años
- Adrián Fourcade, empresario: 5 años y 6 meses
- Sebastián Palumbo, empresario: 4 años y 6 meses
- Sergio Espejo Reyes, empresario: 4 años
- Eugenio Nasi Pereira, transportista: 5 años y 6 meses
- Sergio Agüero, chofer: 4 años
- Juan Marcelo Agüero, chofer: 4 años
- Carlos Barón Knoll, agente aduanero: 5 años y 6 meses
- Mario Rodríguez Iturralde, agente aduanero: 2 años en suspenso
- Nam Ho Park Lee, empresario coreano: 5 años y 6 meses
- Jorge Rojas Huerta, empresario chileno: 5 años y 6 meses
- Pedro Escárate Vera, empresario chileno: 4 años
- Juan Oliva: 4 años y dos meses de encierro por contrabando.
Todo comenzó el 30 de julio del 2018 cuando se realizaron una serie de allanamientos en barrios privados del Gran Mendoza y del Este. Allí fueron detenidos cuatro empresarios mendocinos.
La investigación había nacido en 2016. En los 15 procedimientos se secuestraron $ 5 millones en efectivo, 12 vehículos de alta gama, documentación y una gran cantidad de mercadería como pirotecnia, juguetes, cigarrillos, termos, pelotas de fútbol.
Esta banda venía operando desde hacía tiempo y los investigadores ya estaban tras sus pasos. Así, por ejemplo, en marzo del 2016 habían encontrado tres remolques de camiones con mercadería abandonados en Uspallata.
La investigación sostiene que la banda traía mercadería desde China hacia Chile a través de una sociedad anónimas -uno de los titulares era Cheng Zheng, un ciudadano chino que actualmente está prófugo-, y luego la entraban a Mendoza evadiendo los controles aduaneros con complicidad del personal de la Aduana.