Los dos celadores acusados de secuestrar, drogar y abusar de una adolescente en Lavalle sumaron una nueva complicaciones a su causa. Es que la Justicia provincial consideró que la evidencia contra los hombres es contundente y, a 40 días de que el caso saliera a la luz, se pidió la prisión preventiva
Fue la jueza Alejandra Mauricio quien escuchó todas las pruebas que enumeró el fiscal de Delitos Sexuales, Gustavo Stroppiana, al momento de pedir la prisión preventiva contra César Rubén Ricarte (51) y Tomás Irala Cardozo (37).
Al respecto fuentes judiciales indicaron que hay pericias médicas que confirman que la víctima tenía lesiones compatibles con una violación. Además, a uno de los acusados le dio positivo un rastro de ADN hallado en el cuerpo de la joven, y también los análisis toxicológicos confirmaron que la joven fuer sedada.
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La menor fue rescatada en una casilla rodante que hacía las veces de garita de seguridad de una obra en construcción. Es justamente en ese lugar donde trabajaban los imputados como serenos e incluso Irala vivía en la casilla.
Irala además tiene en su contra que ya tiene una condena por un hecho similar ocurrido en Formosa. Por tal hecho estuvo tres años presos y, cuando recuperó la libertad, se radicó en Mendoza.
Ambos hombres están imputados por abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas, por lo que arriesgan una pena de entre 8 y 20 años de cárcel. Además, al considerar que existe riesgo de fuga, se dictó la prisión preventiva (Ricarte lo hará de forma domiciliaria).