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Ficha limpia: ¿Hay libres de pecado?

Occidente ciego busca la guerra. Ficha limpia y trapos sucios: cómo proscribir haciendo moralina. La expulsada del INDEC: el índice de inflación mide mal. Karina y Santiago Caputo: patas de la mesa desequilibradas.

Redacción
30/11/2024 22:23
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Por Roberto Follari, Especial para Jornada

Hay que podrirlo todo. Esa es la idea de Estados Unidos y Europa sobre Ucrania. Total, los muertos y el territorio los ponen los ucranianos: los europeos la decadencia económica, los Estados Unidos los beneficios geoestratégicos y la ganancia financiera. Igual, los europeos se han creído su propio verso: no es que Rusia invadió Ucrania porque la OTAN iba a poner misiles en la frontera del país de Putin, sino que este pretende desde allí iniciar una impensable ofensiva sobre Europa toda (¿??). Lo que fue una provocación urdida desde la OTAN contra los moscovitas, transformado en un monumental complot ruso para adueñarse del mundo. Venga una de James Bond.

  Lo cierto es que se viene Trump, y quieren frustrar su intención de parar la guerra. Obvio que no es pacifismo del parte del ultraderechista estadounidense: se trata de “América (es decir, EE.UU.) para los americanos”. El dinero local que no se dilapide lejos, como se viene haciendo. Claro que el complejo militar-industrial no pierde dinero con la guerra: lo gana a raudales. Quien pierde es el Estado. De modo que ese complejo intentó asesinar dos veces a Trump (¡!), y ahora, desembozadamente, se lanza a promover la guerra todo lo posible.

  La idea es: 1.Si se puede, llevar la contienda tan lejos que no pueda volverse atrás: 2.Si no, que se llegue a la negociación de paz en la mejor situación militar posible. Ambas opciones confluyen en atacar a todo ritmo desde Ucrania. A pesar de que el aviso de Putin con el misil hipersónico haya sido suficientemente claro.

  Occidente está ciego. Una Europa a la que la paz convendría, va a seguir permitiendo que se lancen misiles propios contra Rusia (Francia e Inglaterra, especialmente). Es decir, seguir lanzando misiles propios, porque Ucrania no tiene tecnología ni entrenamiento humano para hacerlo. Ya estos días ha atacado sobre la zona de Kursk, que es rusa pero ha sido ocupada por los ucranianos. Y lo que se escucha de los líderes políticos y militares suena insensato: duplicar el gasto militar a partir de ahora -con severos achiques de inversión social y productiva-, e incluso enviar tropas directamente a Ucrania para lanzar una guerra convencional a todo o nada. Siempre las circunstancias son nuevas, pero habrá que recordar que Napoléon fracasó cuando invadió Rusia, Hitler también. No parece tan fácil instalarse a las puertas del que fuera país socialista.

  Trump prepara su plan de paz. No será favorable a Rusia, por supuesto: eso sólo lo dicen los ultramontanos mariscales de la guerra. Pero tendrá que dejar los territorios hoy ocupados, en manos rusas: otra opción no sería aceptable para Moscú. Antes, Ucrania seguirá su letanía de pedir, pedir y pedir a Occidente, como si este fuera un barril sin fondo. Y efectivamente, como tal se ha portado. Pero con Trump, la cuestión ha de cambiar: o se sienta a negociar la paz, o no hay un dólar más para Zelenski. Este es representante del país con el sistema político más corrupto de toda Europa, aunque presentado por la propaganda de guerra en papel celofán.

  Mientras, Biden logró un precario alto el fuego en el Líbano entre Israel y Hezbollá. Con la asimetría habitual, Israel “se defendió” con casi 4000 muertos libaneses, mientras los suyos apenas orillan los 100. La función de esto -que no es una declaración de paz, sólo una interrupción de la guerra- es mostrar a los demócratas estadounidenses (halcones de las armas en Ucrania y Gaza) como capaces de buscar un poco de paz en alguna parte. Es el conflicto más tardío y más leve -a pesar de los miles de muertos- de los tres en curso: los otros son Gaza y Ucrania. El alto el fuego es sólo hasta que Trump llegue al gobierno, y es por demás vulnerable. De hecho, Israel ya denunció una supuesta violación de parte de Hezbollá, lo que “lo autoriza” a volver a las acciones beligerantes. El logro de Biden es algo, pero huele a muy poco.

  Mientras, Francia -no faltaría más- dice que no aplicaría la sentencia de la Corte Penal Internacional por los crímenes de guerra de Netanyahu. Derechos humanos, para Macron, sólo cuando le conviene. Una muestra más del enanismo del actual liderazgo europeo, compuesto por mediocres como Scholtz y Macron que carecen de toda autonomía y de cualquier capacidad de mediación entre actores en guerra.

  Mientras, aquí cerquita la izquierda triunfaba en la presidencial uruguaya, cortando la racha de segundas vueltas regionales que han favorecido a la derecha. El mapa continental está bastante repartido, con momentánea hegemonía progresista en los gobiernos.

 

 

 Ficha limpia: ¿quién tira la primera piedra?

  El psicoanalista Lacan llama “posición de goce” a aquella en la que se pone Lospennato, la diputada del PRO autora del proyecto de Ficha Limpia en el Congreso. No descreemos de su buena fe: pero cuando las intenciones muy santas de moralidad en cargos públicos coinciden oscuramente con el deseo de proscribir y aplastar a los adversarios políticos (léase Cristina) los astros se alinean. La liquidación del otro se reviste de sublime acción moral: los valores sirven a los intereses. De modo que la diputada está investida de aquella prerrogativa anunciada por alguna canción mexicana: “mi palabra es la ley”. Estoy acogotando a mis adversarios y están obligados a aceptarlo, porque si no quedan como representantes de la corrupción. Negocio redondo.

  ¿Cómo entender, si no, a Macri haciendo alarde de que -al levantarse la sesión- los demás “no están contra la corrupción”? Macri no está condenado pero ha tenido decenas de causas penales: y no es la “neutralidad judicial” la que lo ha salvado. Desde cuando Menem lo ayudó para que la Corte no ratificara su castigo por contrabando, a los casos del Correo, de los parques eólicos, de los peajes en las autopistas, del soterramiento del ferrocarril Sarmiento, el espionaje a sus hermanas, el espionaje a los familiares de muertos en el ARA San Juan, los otros múltiples espionajes detectados…¿de qué habla Macri? ¿quién puede tirar la primera piedra? ¿cómo forma parte la “moralista” Lospenatto de un espacio político liderado por alguien que ha estado tantas veces confrontado con la ley?

  Es el mismo PRO que auspicia y sostiene el apoyo al gobierno del insulto permanente, que ha desbarrancado la palabra pública, llevando a niveles de violencia social absurdos y cada vez mayores (la golfista que pegó con su palo a una espectadora, el energúmeno que gritaba en Palermo que se fueran de “su” barrio, los que mataron en Mendoza a un hombre que robaba unos kilos de duraznos, los gritadores de Potrerillos contra investigadores del Conicet). Es el PRO que apoya a Sturzenegger, quien estuvo procesado durante 20 años, y le cortaron la causa por paso del tiempo. Es el PRO que aplaude al Toto Caputo, quien fue su ministro y nos endeudó por décadas y décadas sin pasar por el Congreso como exige la ley. ¿Cuánto esconden Lospennato y el resto del PRO, extrañas “buenas conciencias” de prácticas sociales tan discutibles?

  Lo cierto es que LLA hizo caer la sesión, y se notó mucho. Fueron al menos ocho sus diputados que no aparecieron, fomentando la ira de los del PRO. Lospennato entre lágrimas, decía “Sé que debemos acompañar, pero esto es demasiado”. Y lo decía todo: “debemos acompañar” a este ajuste desmedido que se vive, a esta liquidación de la palabra pública, a este gobernar por vetos y DNU, en los bordes de la legalidad. “Debemos acompañar”. Este es el resultado: quien tiene apoyadores incondicionales -como lo viene siendo el PRO de LLA- será tratado como prescindible. Ya se sabe: el PRO va a patalear, pero volverá a seguir a LLA con el síndrome de mujer golpeada (como sabiamente me apuntó alguna amiga).


 

  Porque ese es el problema: el PRO está enamorado de Milei. Quisiera haber hecho lo que la crueldad de Milei permite hacer. Está feliz del ajuste y la privatización de cuanto se pueda. Cada tanto, el dueño del amor les pega unos golpes. Y desde el PRO se enojan, protestan, lloran: luego vuelven, sumisos a su ideología de derecha.

  Así fracasó Ficha Limpia. Los periodistas oficialistas pusieron el grito en el cielo: ya se sabe, ellos entienden que son gobierno y que fijan la agenda. Personajes del tamaño intelectual de Marina Calabró pretenden esa función, y se enfurecen cuando los legisladores no hacen lo que a este sector mediático le viene en gana. Por supuesto, no entienden ni quieren entender de mecanismos legislativos, alianzas, estrategias o esperas: su facilidad para la “indignación con micrófono” es extrema y rabiaron masivamente contra LLA, por su obvia complicidad implícita con el peronismo.

  De modo que Lospennato habló con Milei, quien ahora le dio promesa de un nuevo proyecto donde se tenga en cuenta Ficha Limpia. Se verá qué es eso. El gobierno podría quedar bien con todos -es el jueguito elemental con que tantas veces ha engañado a los gobernadores-, pero corre riesgo de quedar mal con todos a la vez.

  Mientras, en el PRO ven cómo el gobierno les podría quitar las PASO que ellos necesitan para no desaparecer en las legislativas; cómo no les dio el presupuesto que pedían desde el derrotista sitial de los gobernadores. No les da ni una. La bronca aumenta, pero ya vendrá otra votación para apoyar incondicionalmente a LLA.  

  Mientras, en el peronismo reina el silencio. Nadie sabe qué se negoció: si Menem mantenido al mando de Diputados, si Lijo, si las PASO, si un poco de todo. Pero la épica kirchnerista no tolera muy bien una negociación hecha con Milei, por más que esta pudiera aparecer necesaria. Algunos se han atrevido a festejar en las redes que se logró impedir la proscripción de Cristina: la mayoría de la militancia prefiere no saber de qué se trata.

  En todo caso, a las faltas al quorum del oficialismo -la de la sesión donde se discutiría acabar con la discrecionalidad de los DNU- la tv no les dio importancia. Eso se disimuló cuidadosamente. Lo cierto es que el peronismo salió empatado de esta semana de intensidades. Se verá si muestra capacidad para retomar iniciativa en la calle, visiblemente disminuida durante el mes de noviembre.

 

 

Karina y Santiago Caputo: dirty dancing

  La inflación no es de 2,7%. Una nueva prueba fue la nota de Calero, la encargada de hacer esa estadística, echada hace un mes del organismo de manera poco nítida. El texto es muy explícito en mostrar que en noviembre se debía cambiar la forma de medir, dado que esta minusvalora las tarifas dentro del total, y esas tarifas han subido enormemente en los últimos tiempos. El gobierno, obvio, presiona para que eso no cambie y pueda seguir midiéndose mal, dando así un índice erróneo que baja los números.

  Ha subido la carne un 10%, suben las naftas más del 3%, y hay diversos aumentos tarifarios programados para este mes. Si nos vienen nuevamente con que estamos debajo del 3% mensual, la credibilidad del INDEC seguirá su deterioro.

  Mientras, en un viraje insólito el gobierno pasó de considerar a Aerolíneas una especie de Empresa Enemiga del Pueblo, a nuestra Vieja y Querida Aerolíneas. Frente al hecho de que todos los que pueden se irán de vacaciones al extranjero, la empresa de bandera lanzó una breve y rotunda oferta de rebaja en pasajes turísticos locales con la esperanza de revertir la tendencia. Difícil que haya un gran cambio, pero no deja de ser llamativo.

  Mientras, el Gordo Dan -desde la mano de Santiago Caputo- lanza dardos contra los jóvenes elegidos por Karina en prov. de Buenos Aires. Va escalando la pelea entre ambos: los métodos del asesor funcionan bien para imponerse por la fuerza, pero no tanto donde haya que negociar de mejores maneras. Este es una soterrado conflicto que tiene alta dimensión de futuro, especialmente a la hora de llenar las listas electorales.

  Otra “siempre lista” es Lemoine, para salir a pegarle a Villarruel. Los carteles de esta como “Justicialista”, no sabemos quiénes los pusieron: pero mucho no deben disgustar a la ambiciosa vicepresidenta. Una cosa es cierta: nadie todavía ha decidido recordarle su pasado de amiga de Videla y partidaria de la dictadura. Es un flanco débil que en cualquier momento le podría aparecer.

  Ello, mientras los condenados por torturas, secuestros y asesinatos múltiples buscan hacer un espectáculo para mostrarse como supuestamente afectados en sus derechos. Aprovechan de una democracia que no ayudaron a construir, y de garantías que atropellaron en sus víctimas. Lo cierto es que la mayoría de los condenados de la dictadura gozan hoy de domiciliarias, salidas, permisos y otras posibilidades que poco tienen que ver con la gravedad de los crímenes por los cuales fueron enjuiciados.

  Es que sigue siendo necesario ratificar hoy los principios de la democracia, desde los cuales se perfila el rechazo para quienes han violado tales principios -u hoy los violan- y afectan así severamente la vida social y el efectivo imperio de la ley.

 

 

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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