La historia que se esperaba cerrar con una licitación estratégica terminó abriéndose en una dirección inesperada. El futuro de los complejos hidroeléctricos Los Nihuiles y Diamante, ubicados en el sur mendocino, ha quedado en pausa obligada luego de que un alud de gran magnitud modificara drásticamente los tiempos previstos para su concesión.
El evento ocurrió el pasado 11 de enero, cuando una crecida extraordinaria del río Atuel —con un pico de 1.463 m³/s— desbordó la infraestructura existente, dañando centrales, caminos y estructuras vitales del sistema hidroeléctrico. El complejo Los Nihuiles, compuesto por las centrales I, II y III, fue uno de los más golpeados.
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"Este hecho alteró por completo los cronogramas", confirmó la ministra de Ambiente y Energía de Mendoza, Jimena Latorre. La funcionaria explicó que antes de lanzar cualquier proceso licitatorio, es indispensable contar con un inventario completo del estado de las instalaciones. Por ahora, ese trabajo está en manos de Pampa Energía, actual concesionaria de las centrales, que lleva adelante tareas de remediación.
El impacto del aluvión fue tal que el gobierno provincial decretó el jueves pasado la emergencia aluvional y energética en la región por un período de 14 meses. La medida permitirá disponer de fondos y mecanismos especiales para acelerar las obras de recuperación.
Mientras tanto, el tiempo sigue corriendo. Las concesiones actuales vencen en junio, pero sin un diagnóstico preciso del daño y sin un plan detallado de renovación —o revamping, como se lo ha denominado—, cualquier intento de licitación resulta inviable.
“El objetivo no es solo reparar lo dañado, sino encarar una modernización profunda para los próximos 30 o 35 años”, señaló Latorre. Para ello, se planea una licitación conjunta entre Nación y Provincia, bajo la coordinación de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas (ATEP), que ya tomó protagonismo en otras privatizaciones, como la de IMPSA.
El acuerdo, anunciado durante el desayuno anual de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), establece que los complejos se licitarán como una única unidad de negocio. Al menos el 51% del paquete deberá quedar en manos privadas, lo que, según el gobernador Alfredo Cornejo, garantiza “eficiencia, inversión y sustentabilidad”.
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El complejo Diamante —gestionado actualmente por HIDISA— incluye las centrales de Agua del Toro, Los Reyunos y El Tigre, y no sufrió daños de consideración. Sin embargo, su futuro también queda atado a la resolución de los problemas en Los Nihuiles.
La magnitud del desastre natural, que además destruyó 6,6 kilómetros del camino entre El Nihuil y Valle Grande y provocó la caída de un puente, obligó al Estado a reconfigurar prioridades.
Por ahora, el proyecto hidroeléctrico del sur mendocino deberá esperar. El agua, esa misma que da energía, se encargó de poner en suspenso el proceso.