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Terremoto de 1985. La noche que el pánico invadió a los mendocinos.

Se cumplen 39 años del movimiento sísmico que provocó graves daños dejando muertos y heridos en la provincia.

26/01/2024 17:12
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En los primeros minutos del 26 de enero de 1985 el pánico ganó a los mendocinos cuando se produjo un fuerte movimiento sísmico que alteró la tranquilidad de esa calurosa noche de verano en la provincia.

Según los registros fue de una magnitud de 6,7 en la escala Richter, y la intensidad máxima del terremoto fue de VIII grados en la escala Mercalli y en la escala sismológica de magnitud de momento 7.0 a una profundidad entre 9 a 10 kilómetros modificada para Mendoza y tuvo una duración de aproximadamente 60 segundos.1​ con epicentro ubicado en la falla de la zona de Barrancas en Maipú.

El penoso saldo fue de 6 personas murieron, un poco más de 200 resultaron heridas y más de 12.000 viviendas quedaron destruidas especialmente en zonas donde la construcción era mayoritariamente de adobe. Las zonas más afectadas se ubicaron en Las Heras, Guaymallén y Godoy Cruz, especialmente en la zona de Villa Marini donde el Hospital del Carmen sufrió serios daños.

La ciudad quedó a oscuras mientras se activaron todas las alarmas y entraron en acción bomberos, Policía, Defensa Civil y el Ejército y Gendarmería Nacional.

En tanto, miles de ciudadanos, muy asustados, decidieron pasar varios días fuera de sus viviendas ante el miedo por fuertes réplicas eligiendo plazas o espacios abiertos para pasar esos momentos con lo poco que podían rescatar de sus casas y lo que les acercaban quienes estaban en la tarea de asistir a los damnificados.

La situación era de tal gravedad que el gobierno provincial encabezado por entonces por Santiago Felipe LLaver tomó medidas de inmediato declarando el estado de emergencia, asistiendo a los más necesitados, creando un comité de emergencia con Marcelino Iglesias al frente, suspendiendo la Fiesta Nacional de la Vendimia y, luego, gestionando fondos con el gobierno nacional conducido por Raúl Alfonsín (en ese momento de gira por la India).

El vicepresidente Víctor Martínez llegó a los pocos días a la provincia y recorrió la zona de Villa Marini, una de las más afectadas. Quien esto escribe entrevistó en ese momento al funcionario nacional quien comprometió toda la ayuda necesaria desde el gobierno nacional. Así fue, y entre otras acciones, llegaron fondos para la construcción de viviendas que permitieron levantar casas en varios departamentos, entre ellos quizás el más significativo de esa época es el barrio 26 de enero de Las Heras todos ellos enmarcados en el denominado plan Sismo.

Uno de los principales protagonistas de aquellas horas como señalamos fue Marcelino Iglesias. El ex intendente de Guaymallén y actual legislador ocupó una función clave en el comité de emergencia y, especialmente para Jornada, recordó aquel hecho que conmocionó a la provincia.

“Ese viernes fue muy caluroso y por eso muchas familias estaban en el patio, en la vereda o en la calle.  Apenas iniciado el sábado, la tierra se movió con todo. Fue un golpe seco, fuerte, aunque breve. Por suerte `porque permitió que toda la gente saliera a la calle. Eso evitó que, pese a la magnitud del sismo, hubiese más víctimas. Se cortó la luz y todos imaginaron lo peor. El epicentro se ubicaba en el pedemonte, del lado de Godoy Cruz y de hecho, la zona de Villa Marini y Villa Hipódromo lo sufrieron mucho, aunque también en zonas de Capital, en San José, en Pedro Molina de Guaymallén y en varios barrios de Las Heras”, rememoró.

Agregó “El Hospital El Carmen se lllevó la peor parte. Varias paredes y techos se agrietaron y corrían el riesgo inminente de caerse. Allí se concentró la ayuda en primerísima instancia pues hubo que evacuar totalmente el nosocomio y trasladar a los pacientes. Pese a los rumores que circularon, no hubo víctimas en el mismo”.

“El gobierno de Santiago Felipe Llaver se reunió de urgencia y se constituyó el Comité de Emergencia, encargado de brindar la ayuda durante la misma. Fui designado allí a propuesta de Rodolfo Montero, Ministro de Bienestar Social. A partir de ese momento se trabajó incansablemente. Por una parte y en coordinación con las áreas de infraestructura y las universidades Tecnológica y de Cuyo, se convocó a los ingenieros, arquitectos y otros profesionales del rubro para realizar un relevamiento casa por casa. Comenzaron a trabajar ese mismo día y no pararon hasta tener un panorama   acabado del mismo”, contó.

“Por otro lado, se convocó a todos los profesionales de Trabajo Social para asistir a las víctimas del sismo que más lo necesitaban. Durante los días que siguieron, se habilitaron albergues que funcionaron principalmente en escuelas, pero también se montó en la zona del ex matadero de Godoy Cruz, un campamento con carpas donadas por el ejército de Estados Unidos. Fue el lugar dónde más gente pasó sus días. También llegaron unos vagones de tren de transporte de tropa del ejército o la armada argentina, que fueron ubicados en Panquehua”, señaló al recordar cómo se ordenó la ayuda en primera instancia.

Además, explicó “Desde las áreas sanitarias se atendió en los albergues a la gente que allí se encontraba. Un equipo de salud mental, recorría los mismos durante la noche pues cuando se acercaba la hora en que había ocurrido el sismo, se generaba mucha angustia. Desde las áreas sociales se los proveía de alimentos y otros elementos necesarios”.

“Si hay algo para destacar durante esa emergencia fue, en general, el comportamiento de la gente que fue muy solidaria, se ayudó a cuidar los bienes afectados, no se reportaron saqueos y se trabajó codo a codo entre particulares, gobiernos municipales, provincial y nacional.    Fue un ejemplo de superación de la crisis y por ello y medidas de fondo tomadas rápidamente, se pudo avanzar en un plan de viviendas que fue único en la historia no sólo de Mendoza sino del país”, indicó.

Finalmente destacó “La experiencia de la madrugada del 26 de enero, me marcó a fuego para siempre. Y tuve la suerte de estar en la primera línea de batalla durante la emergencia dando una mano y colaborando con quién lo necesitara. Fue una experiencia dolorosa, pero con mucho aprendizaje”.

A casi 40 años rememoramos un hecho que provocó profundos cambios en la provincia, especialmente en las campañas de concientización en materia sismológica.

 

 

Por Luis Martinez     redacción Jornada

 

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