Julio Soto Ugalde, destacado médico traumatólogo y deportista paralímpico chileno, se prepara para un desafío monumental: conquistar la cumbre del Aconcagua entre el 6 y el 17 de enero. Este ascenso forma parte de su inspirador proyecto social e inclusivo, “Montañas Sin Límites… al Aconcagua en Tres Huellas”, cuyo objetivo es demostrar que los límites solo existen en la mente.
A los 9 años, Julio enfrentó un diagnóstico de osteosarcoma que llevó a la amputación total de su pierna izquierda. Sin embargo, esta adversidad no frenó su espíritu. Se convirtió en un atleta de esquí alpino adaptado, representando a Chile en los Juegos Paralímpicos de Corea del Sur en 2018. Hoy, a sus 34 años, combina su pasión por el deporte con su carrera como médico en Puerto Montt, Chile, consolidándose como un modelo de superación y resiliencia.
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Una expedición inclusiva y desafiante
La expedición de Julio Soto cuenta con el respaldo de la Dirección de Áreas Protegidas, liderada por Mariano Iván Funes Pinter, quien destacó el compromiso con la inclusión en el Parque Provincial Aconcagua. “Todas las personas, sin distinción de sus capacidades, son bienvenidas en las áreas naturales protegidas. Hemos eximido el canon correspondiente y garantizado apoyo logístico y medidas de seguridad para esta actividad”, explicó Funes Pinter.
El equipo que acompaña a Julio está liderado por el montañista Alejandro Calvo e integrado por expertos como Janice Rot, Paulo Grandy y Paula Godoy. También contará con el apoyo del Cuerpo de Guardaparques del parque, quienes estarán preparados para atender cualquier necesidad durante el desafío.
Un mensaje de esperanza para todos
El ascenso al Aconcagua no es solo una prueba de resistencia física, sino también un poderoso mensaje de inspiración. Julio busca motivar a jóvenes y personas con discapacidades a superar barreras y perseguir sus sueños. “El cáncer y una amputación no son barreras para alcanzar grandes metas en el desarrollo personal, profesional y humano”, asegura el deportista.
La cumbre del Aconcagua como símbolo
Con sus 6.962 metros de altura, el Aconcagua es la montaña más alta de América y representa un desafío monumental para cualquier alpinista. Para Julio Soto, este ascenso es también una oportunidad para mostrar que la inclusión y la superación personal son posibles en cualquier contexto. Su travesía será un recordatorio de que, con voluntad y esfuerzo, no existen metas inalcanzables.
El proyecto “Montañas Sin Límites” ya está dejando huella, y la comunidad espera ansiosa los resultados de esta hazaña que promete inspirar a generaciones enteras.