El equipo de abogados defensores de las nueve mujeres absueltas tras el tercer juicio que se realizó por los abusos sexuales en el Instituto Próvolo de Mendoza afirmó hoy que se hizo justicia en el fallo del pasado miércoles y pidió la renuncia de los dos últimos fiscales de la causa.
Durante una conferencia de prensa convocada este viernes por los abogados Carlos Varela Álvarez, Lucas Fallet, Valeria Corbacho y Enoc Ortiz, entre otros, coincidieron en que "el fallo tiene una gran importancia y debe ser leído por toda la sociedad".
"Tiene mucha fundamentación para cada una de sus afirmaciones", dijo Varela Álvarez, en su intervención.
Y agregó que "avalamos absolutamente el contenido de esta sentencia porque demostró que lo que dijimos durante años fue comprobado: Kumiko Kosaka y Asunción Martínez, pese a quien le pese, no cometieron los delitos y las conductas que se les menciona".
Estas precisiones del equipo de abogados, que hasta el momento no habían hecho comentarios, se dio 48 horas después de que el Tribunal Penal Colegiado 2, a cargo de las juezas Gabriela Urciuolo, Belén Salido y Belén Renna, diera a conocer la resolución por unanimidad de absolver a las nueve mujeres que llegaron imputadas al tercer juicio de la causa Próvolo.
Sobre si con este fallo se hizo justicia, los abogados indicaron que "hubiera sido tremendo que estas personas fueran condenadas, cualquiera de ellas. No es que están contentas, en algunos casos están deprimidas o con asistencia psicológica, los jueces le dieron la razón, y desde ese punto de vista nos parece un fallo extraordinario".
Durante otro tramo de la conferencia, los abogados coincidieron en que desde un principio señalaron la labor del fiscal, de la querella, e intérpretes, entre otros profesionales.
Sobre esto último, Varela resaltó que "desde que asumimos la defensa pusimos el acento en los intérpretes, en la Cámara Gesell, habiendo documentación de la Cámara que estaba mal interpretada, que había distorsiones o intervenciones de los interpretes que estaban mal hechas".
Y agregó que pusieron "el acento en el Cuerpo Médico Forense, y como estas personas bajaron todas las barreras para que todos estos relatos se fueran haciendo fuerte en todas partes".
"Esa fue nuestra pelea durante tres años frente a un frontón que se llama Gustavo Stroppiana, y otro llamado Alejandro Iturbide -ambos fiscales- y jueces de garantías", remarcó.
En este sentido, y sobre la labor de los fiscales durante este proceso, los abogados coincidieron en "lo que ellos hicieron fue nefasto, mediocre y fundamentalmente peligroso porque eso les ha costado a nueve personas estar privadas de la libertad, y en los nueves casos destruidas sus vidas".
Sobre el fallo del Tribunal, Varela señaló que se trata "del reconocimiento a la teoría de que hubo contaminación: hubo baja calidad de pruebas, hubo relatos fantasiosos que nos hace concluir que Alejandro Iturbide y Gustavo Stroppiana deben renunciar; si el procurador Alejandro Gulle ha leído estos fundamentos les debe pedir a estas personas que renuncien".
"Durante casi dos años y medio pudimos escuchar e interrogar a todas estas personas que decían de los malos tratos, que les pegaban porque hablaban con lengua de señas, que la comida era mala, niños muertos, todo eso fue derrumbado", preciso Varela.
La Defensa Busca la revelación de las Juezas
La absolución fue para la religiosa Kosaka Kumiko, quien llegó a la instancia final con un pedido de pena por parte de la fiscalía de 25 años de prisión y 10 de inhabilitación, en tanto la defensa solicitó durante el debate la absolución de su defendida.
Además, junto a Kumiko estaban en el banquillo la monja Asunción Martínez y la exrepresentante legal Graciela Pascual, para quien la fiscalía solicitó la pena de 10 y 18 años de prisión, respectivamente, e inhabilitación para ejercer la docencia; una exdirectora del Instituto, Gladys Pinacca y la excocinera, Noemí Paz, estas últimas con tres años de prisión, solicitado por la parte acusadora.
Desde la fiscalía y la querella no solicitaron penas para Valeska Quintana, Laura Gateán, Cristina Leguiza y Cecilia Raffounto.
"En esta sentencia se dan por derrumbados los mitos del Instituto que tanto instalaron, no es un centro de tortura, no había mala comida, no estaba prohibida la lengua de señas, no hay maltrato de Kumimo Kosaka, entre otras cosas. Por eso este fallo es importante, además plantea una gravedad institucional", destacó Varela.
Y sobre los próximos pasos, los abogados adelantaron que quieren que se conozca "la versión de tres juezas dignas y con coraje que se atrevieron a garantizar con neutralidad y parcialidad el juicio justo".