El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) anunció el fallecimiento de dos de los tres caballos diagnosticados con encefalomielitis equina la semana pasada en La Dormida, Santa Rosa, donde se ha registrado un brote de esta enfermedad que se ha extendido por todo el país.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Castelar había confirmado previamente los resultados positivos de alphavirus, específicamente la Encefalomielitis Equina del Oeste, en animales de La Dormida.
Este lunes, las tres personas que presentaban síntomas compatibles con la encefalomielitis equina en Santa Rosa fueron dadas de alta, mientras se aguardan los resultados de los estudios para determinar si sus casos están vinculados a esta enfermedad, según informó el Ministerio de Salud y Deportes de Mendoza.
La encefalomielitis equina del oeste es causada por un virus transmitido mediante la picadura de mosquitos infectados, que actúan como vectores, principalmente en áreas rurales, según detalló el Ministerio de Salud de la provincia en días anteriores.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (Omsa) indicó que los casos clínicos de encefalomielitis equina del oeste en caballos en Argentina se caracterizan por fiebre, anorexia y decaimiento, pudiendo evolucionar a problemas más graves como ceguera, ataxia, postura tumbada, convulsiones y, en algunos casos, la muerte.
Las personas que fueron hospitalizadas con síntomas compatibles con la enfermedad en Santa Rosa, dos niñas de 2 y 7 años, y un hombre de 56, han sido dadas de alta y permanecerán en vigilancia epidemiológica. Se esperan los resultados de las pruebas para confirmar si fueron casos de encefalomielitis equina, los cuales se estiman estarán disponibles el viernes.
La mayoría de los casos son asintomáticos o presentan cuadros leves con fiebre, cansancio, dolores musculares y malestar general, que se resuelven espontáneamente en 7 a 10 días, según informaron las autoridades.
Medidas preventivas, control y recomendaciones
Como medidas preventivas, se recomienda el saneamiento ambiental para evitar la proliferación de mosquitos, la protección de personas que viven o trabajan cerca de lugares propicios para la reproducción de mosquitos y caballos, y realizar una consulta médica ante la presencia de síntomas.
En cuanto a las acciones de control y prevención, se destaca la importancia de la vacunación de equinos, la notificación inmediata al Senasa ante signos nerviosos en los animales, la reducción de movimientos de equinos, evitar concentraciones de estos animales y completar el calendario de vacunación. Se insta a los actores relacionados con la producción y salud equina a fortalecer medidas de bioseguridad y aplicar higiene y desinfección, prestando especial atención al manejo de artrópodos como posibles vectores de la enfermedad.