La Santa Sede confirmó este lunes la causa de la muerte del Papa Francisco, quien falleció a las 7:35 en su residencia de la Domus Santa Marta, a los 88 años. Según el parte oficial firmado por el profesor Andrea Arcangel, director del Departamento de Salud e Higiene del Vaticano, el Pontífice murió como consecuencia de un accidente cerebrovascular, que lo dejó en coma profundo y derivó en un colapso cardiorrespiratorio irreversible.
El documento difundido por el Vaticano se conoció horas después de que medios italianos ya adelantaran que la causa había sido un ACV, aunque sin precisar si se trató de un episodio hemorrágico o isquémico. El fallecimiento fue certificado mediante un registro electro-cardio-tanatográfico, utilizado para determinar el cese total de funciones vitales.
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Su internación
El Sumo Pontífice, arrastraba un estado de salud delicado desde hacía varios meses. Su última internación, en el Policlínico Gemelli de Roma, comenzó el 14 de febrero con un cuadro de bronquitis que evolucionó rápidamente a una infección respiratoria polimicrobiana y, luego, a una neumonía bilateral. En paralelo, sus afecciones crónicas —bronquiectasias, hipertensión, diabetes tipo II y bronquitis asmática— complicaron su evolución.
Durante su hospitalización, el Papa presentó también insuficiencia renal, crisis asmáticas graves, trombocitopenia (baja de plaquetas), broncoespasmos y acumulación de moco en las vías respiratorias. Si bien mostró breves señales de recuperación, su salud siguió deteriorándose hasta su alta, el pasado 23 de marzo. Luego de ese período, permaneció en la residencia papal, donde finalmente falleció de manera pacífica, según fuentes del Vaticano.
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El desenlace
El accidente cerebrovascular, o ACV, es una interrupción súbita del flujo sanguíneo al cerebro. Puede ser de tipo isquémico —cuando una arteria se bloquea por un coágulo— o hemorrágico —cuando se rompe una arteria cerebral y se produce una hemorragia interna—. Ambos escenarios comprometen gravemente la función cerebral y pueden derivar en la muerte, como ocurrió en este caso.
El Papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, fue el primer pontífice latinoamericano y el primer jesuita en asumir el cargo. Durante más de una década, lideró a la Iglesia Católica con un estilo pastoral marcado por la cercanía, la humildad y una fuerte vocación reformista. Su muerte marca el fin de una era y da inicio al proceso de transición hacia la elección de su sucesor, mientras millones de fieles en todo el mundo despiden a quien fue uno de los líderes espirituales más influyentes del siglo XXI.