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“Franciscus”: el Papa pidió ser enterrado sin honores y reveló en su testamento su último deseo

Tras el fallecimiento del pontífice, el Vaticano divulgó su testamento espiritual. Francisco eligió un descanso humilde en la Basílica de Santa María la Mayor, con una tumba sencilla, sin decoración y solo su nombre en latín. “Ofrecí mi sufrimiento al Señor por la paz mundial”, escribió

Redacción
21/04/2025 17:38
“En el Nombre de la Santísima Trinidad. Amén”, inicia el texto

Horas después del fallecimiento del Papa Francisco, el Vaticano dio a conocer el documento más íntimo y trascendente de su legado personal: su testamento. A las 20:00 horas locales (18:00 GMT), luego de trasladar su cuerpo a la capilla de la Casa Santa Marta y sellar su apartamento papal, fue difundida la última voluntad del Sumo Pontífice. Un texto breve, sobrio y profundamente espiritual, centrado exclusivamente en su deseo de reposar en la tierra “sin decoración particular” y bajo la protección de la Virgen María.

“En el Nombre de la Santísima Trinidad. Amén”, inicia el texto, escrito de su puño y letra. En él, Jorge Mario Bergoglio reafirma la fe que lo guió hasta sus últimos días y formula un pedido muy alejado de los fastos del poder vaticano: ser enterrado en la Basílica Papal de Santa María la Mayor, en Roma, “esperando el día de la resurrección”.

Un testamento de fe y sencillez

El Papa explicó que su elección responde a una devoción que marcó todo su pontificado: la Virgen María. Francisco visitaba este santuario mariano antes y después de cada viaje apostólico, para poner bajo su manto las intenciones y agradecer por los frutos de sus misiones.

“Siempre he confiado mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima”, escribió.

Por eso pidió que su sepultura se ubique en un nicho de la nave lateral, entre la Capilla Paulina —donde se venera el ícono de la Salus Populi Romani— y la Capilla Sforza, en la misma basílica. Detalló incluso que el sepulcro debe estar en el suelo, de forma “sencilla, sin decoración particular”, y con una única inscripción: “Franciscus”, su nombre pontificio en latín.

También aclaró que los gastos de su sepultura serán cubiertos con una suma previamente dispuesta por él, destinada especialmente a ese fin y transferida a la Basílica. Esta tarea quedó bajo la responsabilidad del arzobispo Rolandas Makrickas, actual Comisario Extraordinario del Capítulo de Liberia.

También aclaró que los gastos de su sepultura serán cubiertos con una suma previamente dispuesta por él, destinada especialmente a ese fin y transferida a la Basílica

Un último gesto por la paz

Más allá de las instrucciones logísticas, el Papa dejó palabras cargadas de sentido espiritual. En un fragmento conmovedor, hizo referencia al dolor que lo acompañó en la última etapa de su vida, marcada por problemas respiratorios, internaciones prolongadas y una salud muy frágil.

“El sufrimiento que estuvo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos”, escribió Francisco, sintetizando con sencillez la dimensión universal que impregnó su pontificado.

Concluyó el texto expresando gratitud hacia quienes lo acompañaron, lo amaron y rezaron —o seguirán rezando— por él:  
 “Que el Señor dé la recompensa merecida a quienes me han amado y seguirán rezando por mí”.

El Papa de los gestos simples hasta el final

La publicación de este testamento confirma una vez más el estilo que definió a Francisco desde el inicio de su papado en 2013: la humildad, la austeridad y la cercanía a la gente común. Ya en vida renunció a los privilegios del Palacio Apostólico para vivir en la residencia de Santa Marta, evitó ornamentos suntuosos y predicó con el ejemplo.

Ahora, en la hora de su muerte, ratifica esa coherencia: sin mausoleos, sin mármoles tallados, sin epitafios grandilocuentes. Solo “Franciscus”. Y un mensaje imborrable de fe sencilla, confiada y universal.

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