El chavista Nicolás Maduro, de 61 años y en la presidencia desde 2013, busca un tercer periodo de seis años cuando el país apenas sigue sumido en una aguda crisis económica y humanitaria que contrajo el Producto Interno Bruto en 80% y empujó al éxodo a más de 7 millones de personas.
Su rival es el diplomático Edmundo González Urrutia, de 74 años, que representa a la carismática y popular líder opositora María Corina Machado, impedida de postularse por el régimen debido a una inhabilitación política.
Otros ocho candidatos disputan los comicios, pero recogen pocos votos, según los sondeos.
Según lo establecido por el Consejo Nacional Electoral (CNE), los 15.767 centros habilitados para este proceso estarán abiertos “de manera ininterrumpida” desde las 6:00 hora local (10:00 GMT) hasta las 18:00 horas (22:00 GMT). Están autorizados para votar unos 21 millones de personas, sobre una población de 30 millones, pero los expertos estiman que solamente podrán votar unos 17 millones que están en Venezuela y no migraron.
El jefe del comando de campaña oficialista, Jorge Rodríguez, reiteró que reconocerán los resultados que emita el Consejo Nacional Electoral.
“La voz del árbitro hoy es la voz de Dios, lo que el CNE señale será el boletín que determinará el resultado de las elecciones”, aseguró en declaraciones a la prensa.
Asimismo, el también presidente de la Asamblea Nacional afirmó que las mesas se instalaron “en tiempo” y que se registraron “muy poquísimos percances de tono menor”.
“El proceso transcurre con absolutamente normalidad y rapidez”, dijo.
Pero, lo que preocupa es la amenaza final que lanzó Nicolás Maduro antes de las elecciones: “La milicia es nuestra arma secreta”
Ante el temor a la Fuerza Armada, cuya mayoría de integrantes mostraron el profundo descontento que mantienen ante la revolución bolivariana, el mandatario venezolano solo puede confiar en civiles armados, uniformados de milicianos.