En el norte de Sudamérica, una sombra belica amenaza con extenderse a medida que el impopular y aislado presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció su intención de anexar la disputada región del Esequibo, ubicada en Guyana. La declaración polémica, respaldada por un cuestionable referéndum celebrado el pasado domingo, ha desatado una serie de reacciones preocupantes en la región.
En respuesta al anuncio de Maduro, el gobierno guyanés ha convocado la presencia del Comando Sur de Estados Unidos. En un comunicado emitido por la embajada estadounidense en Guyana, se informó que, en colaboración con la Fuerza de Defensa de Guyana, se llevarán a cabo operaciones de vuelo dentro del territorio guyanés el 7 de diciembre. Según el comunicado, estas operaciones tienen como objetivo mejorar la asociación de seguridad entre ambos países y fortalecer la cooperación regional.
La tensión se incrementa aún más con la noticia de la movilización de tropas venezolanas en la zona, especialmente en la frontera con el estado brasileño de Roraima. Las autoridades brasileñas han observado un aumento significativo en el número de soldados venezolanos en la región, en medio de las crecientes tensiones entre Caracas y Guyana por la soberanía sobre el territorio estratégico del Esequibo, rico en recursos petrolíferos, minerales y medioambientales.
Aunque las fuentes brasileñas citadas por la CNN no proporcionan detalles precisos sobre la magnitud del despliegue militar venezolano, el ejército brasileño ha tomado medidas preventivas. Se ha ordenado un aumento de su contingente militar en la capital de Roraima, Boa Vista, de 200 a 400 soldados, y la base militar de la ciudad se convertirá en un regimiento de caballería con la llegada de 22 vehículos blindados del modelo Guaicurus. Simultáneamente, el contingente militar en Pacaraima, en la frontera con Venezuela, se multiplicará de 30 a 130 soldados.
El ministro de Defensa, José Mucio Monteiro, aseguró que las fronteras brasileñas son seguras y que no permitirán el paso de tropas venezolanas. Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores, Mauro Vieira, destacó la importancia del diálogo para el mantenimiento de la paz en la región durante la reunión de cancilleres del Mercosur. En un claro llamado a la calma, Vieira enfatizó que la paz es esencial para el desarrollo económico de Sudamérica y subrayó la necesidad de una resolución pacífica de las tensiones actuales.