Los vuelos pueden ser una experiencia agotadora. No solo por todos los preparativos previos que suelen estresar, sino también por cómo el ambiente abarrotado y ruidoso dentro de un avión dificultan el descanso de los pasajeros. Desde los bebés llorando hasta el zumbido constante de los motores, o las personas hablando entre sí, cada detalle puede convertirse en una barrera para lograr un sueño reparador.
El aire viciado y seco dentro de la cabina, con una humedad que puede irritar los ojos y las vías respiratorias, es otro obstáculo significativo. Además, la presión del aire reducida puede causar dolores de cabeza y náuseas, lo que complica aún más la posibilidad de dormir.
La temperatura dentro de la cabina de pasajeros oscila entre los 22 °C y 24 °C. Esto también puede ser un problema, ya que, como indica el Dr. Michael Breus según National Geographic, experto en medicina del sueño, la temperatura óptima para descansar es entre 18 °C y 20 °C.
Tapar los ruidos
Rick Steves, un reconocido escritor y guía de viajes, compartió su propia rutina para manejar estas dificultades. Steves contó a National Geographic: “Me visto con ropa holgada y abrigada para los vuelos y me acurruco con mi suéter y bufanda. Después, me pongo mis auriculares con cancelación de ruido, que silencian el ruido de los motores y el parloteo entumecedor de la gente que me rodea”.
Esta estrategia es apoyada por la terapeuta ocupacional y especialista en ergonomía Carla Jaspers, quien también recomendó el uso de auriculares o tapones para los oídos y cancelar los ruidos típicos de un viaje en avión.
National Geographic informó que un avión a velocidad de crucero genera 85 decibeles (dBA), lo que puede ser perjudicial para los oídos si la exposición es prolongada. Según la Asociación Estadounidense del Habla, el Lenguaje y la Audición: “Los sonidos de 85 dBA pueden provocar pérdida auditiva si se escuchan durante más de 8 horas seguidas”.
Las butacas del avión
Jamie Zeitzer, profesor y codirector del Centro de Ciencias del Sueño y Circadianas de la Universidad de Stanford, ofreció un consejo importante: “Viajar en clase ejecutiva... Para el resto de nosotros, no es tan fácil”. Zeitzer resaltó la importancia de invertir en mejores asientos o elegir con cuidado la ubicación.
“El asiento del pasillo es más concurrido. El del medio es rígido y sofocante, y Jaspers no lo recomienda. La ventanilla es ideal para descansar la cabeza, pero también es incómoda, ajustada y potencialmente claustrofóbica”, escribió National Geographic, según lo que dijo el profesor.
Para aquellos que buscan una mejor postura para dormir, se recomienda utilizar asientos que se reclinen ligeramente y soportes ergonómicos para el cuello, la cabeza y el coxis. Jasper sugirió evitar usar la mesa plegable como reposacabezas para prevenir molestias y posibles lesiones.
Si bien los asientos de los aviones son considerados el factor más relevante para la comodidad al descansar, según estudios, resultan ser los menos cómodos. Si bien se espera que faciliten el sueño, en realidad dificultan conciliarlo debido a su diseño poco ergonómico.
Ayuda con medicamentos
Cuando los medicamentos se convierten en una opción, National Geographic informó que muchos viajeros recurren a medicamentos recetados para combatir la ansiedad y poder dormir.
Steves, el escritor y guía de viajes, mostró su predilección por este último: “Reconozco que me encanta mi medicamento. Sólo un tercio de una pastilla me basta para dormir un par de horas”. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uso de estos medicamentos debe ser supervisado por un profesional de la salud.
Ayudas y factores
El profesor Zeitzer también sugiere técnicas de relajación, como “meditación, relajación muscular progresiva, música, lectura” y quitarse los zapatos (siempre que no cause molestias a los demás pasajeros) para ayudar a disipar el calor del cuerpo y conciliar el sueño más fácilmente.
Por último, permanecer hidratado es crucial. El alcohol puede deshidratar e interrumpir el sueño REM, mientras que cualquier producto que contenga cannabis es ilegal en vuelos dentro de o desde los Estados Unidos.
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