El Gobierno oficializó el decreto de necesidad y urgencia (DNU) por el cual ordena a los organismos públicos desprenderse de sus bonos en dólares bajo ley extranjera y a subastar sus tenencias en títulos en esa moneda con legislación local. Los principales objetivos de Sergio Massa son sumar financiamiento y evitar una disparada de los dólares financieros que presione la inflación, pero los economistas advirtieron que si el mercado no cree en la efectividad de las medidas puede darse el efecto contrario.
En ese sentido, el director de la consultora C&T, Camilo Tiscornia, dijo que el equipo económico intenta una medida de corto plazo que puede resultar riesgosa si el mercado lo lee como un “manotazo de ahogado”.
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“Los efectos de la política económica dependen de la reacción del sector privado y de la credibilidad que tengan: una misma medida puede dar distintos resultados según la expectativa que genere en el mercado. Si hay una visión negativa, esto puede resultar en un aumento de la brecha cambiaria con traslado directo a precios y en el largo plazo la necesidad de una devaluación del tipo de cambio oficial”, explicó Tiscornia en una entrevista con TN.
La visión oficial es que la suba de los dólares financieros y las proyecciones privadas sobre mayores presiones influyeron en la inflación del primer trimestre. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC arrojó 6% en enero, 6,6% en febrero y para marzo el Gobierno descuenta que estará por lo menos en 7% mensual.
Pero las mayores expectativas también tienen que ver con la escasez de dólares que se profundizó por la sequía y que generó una fuerte caída en la liquidación del agro y las ventas de reservas del Banco Central (BCRA). La entidad acumuló ventas en el mercado de cambios por US$2461 millones en lo que va de 2023, por lo que cerrará el primer trimestre con un saldo negativo récord.
La sequía en el campo le mete presión a las medidas del Gobierno
Para el presidente de Romano Group, Alfredo Romano, “la sequía pone en jaque la efectividad de las medidas debido a las proyecciones de un ingreso de divisas que presionará la brecha durante los próximos tres meses”.
“El plan llegar se vuelve a expresar ahora, donde el gobierno ha decidido no absorber el costo de una gran devaluación del dólar oficial, pero tampoco quiere llegar a las elecciones con volatilidad en los financieros. Es una iniciativa más que acompaña a un conjunto de decisiones de represión financiera. Ahora están utilizando recursos públicos para regular un dólar que no es el oficial, pero que es el de equilibrio en la actualidad en la economía argentina”, sostuvo el economista.
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Por su parte, el director de la Fundación Libertad y Progreso, Agustín Etchebarne, manifestó: “En los próximos dos trimestres esperamos una sequía de dólares importante, cuando en condiciones normales deberíamos tener mayor oferta. Intentan eliminar la posibilidad de que la situación se desmadre vendiendo las joyas de la abuela. Malvender los bonos puede generar serios problemas porque se hacen a un valor menor al real, por lo que será difícil generar credibilidad”.