Desde Mendoza celebraron la corrección en el texto original del proyecto de la mentada Ley Ómnibus donde se eliminaron las retenciones a la economías regionales y que atendió el reclamo de la vitivinicultura argentina. Puntualmente en el caso que, de convertirse en ley, lo recibido el lunes por los diputados dialoguistas, el Ejecutivo no las podría modificar hacia arriba por el lapso de un año.
El ministro de Producción mendocino, Rodolfo Vargas Arizu, enfatizó -al ser entrevistado por el periodista Jorge Fernández Rojas en Radio Jornada-, que, "lo bueno de esto es que además tiene seguridad jurídica ya que el Presidente no puede con esta ley, si se aprueba, no puede modificar las retenciones. No puede modificar los derechos de exportación hacia arriba de ningún producto hasta un año".
"Esto ratifica que las retenciones no pueden ahora ser modificados hacia arriba. Incluso la soja, que tiene un 32 por ciento, podría ser bajado pero no subido. Eso otorga seguridad jurídica para poner valor. Porque si vos tenés la Espada de Damocles siempre encima no podés modificar precios", explicó.
Y añadió: "Creo que es un triunfo de la razón, porque lo que se proponía en términos de exportación era una incongruencia, porque si se necesitan dólares en el mercado y a quien los trae se le cobra por ello no es una buena señal."
Según el licenciado mendocino, "la vitivinicultura son unas 18 provincias por lo que el problema planteado en su momento en Buenos Aires era transversal a la Argentina y la verdad es hoy estamos contentos por la gestión que se hizo tanto de parte de la industria como con el gobernador -Alfredo Cornejo- quien por su lado junto a otros 10 mandatarios provinciales se llegó a este resultado".
El titular de Producción, consideró que, "Argentina es hasta ahora un país cerrado, que no tiene distintos acuerdos comerciales con distintos países más que con el Mercosur y por eso es que nosotros pagamos por entrar a diferentes lugares aranceles de importación. Lo hacemos para ingresar a Estados Unidos, México, China. Y Chile, nuestro competidor más cercano tiene acuerdos comerciales de arancel cero con todos los países. O sea que no paga para entrar a otros mercados".
"Nosotros no tenemos esa gimnasia que ha tenido Chile durante muchos años, que la vamos a tener ahora. Y encima que a nosotros nos cobraban eso cuando salíamos a través de los derechos de exportación era un problema. Cuando tenés un ingreso de un ocho por ciento más un egreso del ocho por ciento te deja fuera de mercado", reflexionó.
El funcionario manifestó que, "aún así nosotros hemos transitado todos estos años con la vitivinicultura, la agricultura y la agroindustria en general y tenemos un lugar en el mercado. Y lo hemos mantenido. Esto quiere decir que somos competitivos. Ahora es distinto tener un buen tipo de cambio a no tener derechos de exportación, a poder hacer distintos acuerdos comerciales con diversos países, nos otorga la posibilidad de ser fuertes en el mercado".
"Especialmente Mendoza es interesante en vinos porque tiene muy buena calidad con una excelente relación de precios en el mundo a lo que se añade que hay volumen. A esto se agrega que por las bodegas de Mendoza pasan más de un millón y medio de personas por año. Esto significa que hemos habilitado un canal para traer divisas con los turistas", apuntó.
Y cerró: "Nosotros no tenemos un producto cuya venta se produce en una pantalla. Nosotros tenemos que generar la venta que no es subirse a un avión, llevar una botella y vender. Tenés que conseguir el distribuidor, hay que ver el canal adecuado, entrar a toda la red de supermercados, de vinerías y restaurantes lo que, como mínimo, te demanda unos tres años".
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