Cientos de productores vitivinícolas del Este de Mendoza, una de las principales zonas productoras a nivel nacional e internacional, marcharon durante la mañana de hoy miércoles -21 de febrero- con el fin de protestar por el precio de la uva -para la elaboración de vinos- que este año piden entre 300 y 310 pesos el kilo.
La manifestación inició cerca de las 11 luego de la concentración que se realizó en el departamento de General San Martín para marchar por distintos departamentos del Este de Mendoza y con el fin de entregar petitorios en las municipalidades de Junín, Rivadavia y por el gobernado por Raúl Rufeil. En Junín, el mismo intendente, Mario Abed, salió del edificio municipal para recibir el listado con los reclamos.
Temprano había trascendido que iban a viajar hasta la Ciudad de Mendoza aunque esa versión fue corregida luego de que se confirmara que la protesta iba a tener como objetivo las comunas citadas.
Con ese fin es que pretendieron atraer la atención de las gestiones de gobierno en esos departamentos, exigiendo su intervención, para que los bodegueros mejoren la oferta de pagos que hasta el momento, según denunció Leandro Ripamonti, referente vitivinícola del Este mendocino, "incrementaron el precio que pretenden pagar por el kilo de uva solo en un 60 por ciento, mientras que la inflación ya ha superado un 250 por ciento en el año".
Según los viñateros -de Mendoza y de San Juan- reunidos en el INTA, de Junín, durante la mañana del martes 30 de enero, el valor que defendieron, ante el sector de los bodegueros que forman la demanda de la industria vitivinícola, que las uvas criollas y mezclas deberían ser comercializadas a 0,37 dólares, las blancas A con un precio de 0,75 dólares, las blancas B a 0,50 dólares, las tintas A, con un valor de 0,70 dólares y las tintas B a 0,50 dólares. Cálculo que ya fue defendido por la diputada provincial Gabriela Lizana (Frente Renovador).
"Con esta crisis que estamos viviendo y vamos a padecer mucho los productores de la uva. Estamos en condiciones muy precarias. La figura del contratista de viña, de propiedades chicas, de cinco a 10 hectáreas, vive con un salario mensual muy bajo y un porcentaje que este año va a hacer mermar el trabajo de la viña día a día con un producto muy bajo. Esto considerando el aumento de los insumos, como los agroquímicos, con un incremento de un 400 por ciento. O el precio del gasoil que ha aumentado muchísimo", se quejó Ripamonti en el programa Tenés que Saberlo de Radio Jornada.
El productor, marcó: "Vemos con mucha preocupación lo que está sucediendo. Este año nos ha sorprendido el ofrecimiento de precios de las bodegas con sus propuestas de pagos tanto al contado como en dos o tres cuotas. Es muy raro que ahora siempre son los mismos aunque con razones sociales distintas. Han propuesto un aumento de apenas de un 60 por ciento cuando el costo de vida ha sido por encima de un 250 por ciento en el año".
"Observamos con preocupación lo que ofrecen. Considerando a una de las peores cosechas que tuvimos el año pasado. Ahora volvemos a tener los mismos problemas porque no funciona esto del mecanismo de la oferta y la demanda. Nosotros acompañamos al gobernador cuando estaba en campaña. Ahora pedimos entre 300 y 310 pesos el kilo de uva. Ya comenzó la vendimia y en empresas como Gancia están recibiendo a la uva sin precio y los demás están pagando la uva a 160 pesos al contado y a 200 financiado. La uva está ingresando porque tenemos un producto perecedero y corremos el riesgo de perderla. Por ejemplo si nos llega la botritys. Lo que nos obliga a cosecharla", explicó.
Y añadió: "Encima vemos con mucha preocupación que el Gobierno no interviene convocando a las bodegas, los productores y al mismo Estado para tratar el tema precios. En el negocio de la uva no existe el libre mercado, sobre todo en la Zona Este, donde hay mayoría de uvas criollas y comunes. Y ahora estamos condicionados con el porcentaje que obligatoriamente nos exige derivar un cupo para elaborar mosto. No nos olvidemos que el dólar se devaluó más del un 15 por ciento. Ahora con la concentración de la industria los productores estamos absorbidos por este sistema que nos deja en una situación inviable", apuntó.
"Hay que ver la cantidad de propiedades que han quedado fuera del mercado. Ya casi no hay gente joven trabajando la tierra. Estamos desapareciendo. Hay un crecimiento exponencial de algunas bodegas que han hecho muy buenos negocios. Nosotros hace años que no hacemos festejos vendimiales. Hay dos industrias en este momento. Los festejan y los que no. Incluso con el sistema cooperativo que no funciona a favor de los productores como lo representa Fecovita", dijo.
En contraste, el ministro de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, aportó que, "durante muchos años la Argentina tuvo pisado el tipo de cambio. Por eso es que industrias como la vitivinicultura o la olivicultura han sufrido las consecuencias. En el primer caso lograron subsistir por las bodegas exportadoras y en el segundo casi el sector ha desaparecido".
"En el caso de los vinos la industria está apuntando a la elaboración de vinos premium. La intervención del Estado lo que hace es retrasar ese cambio cultural. En Chile lograron hacer crecer a su industria porque han tenido un tipo de cambio estable durante los últimos 30 años", observó.
Contestando al reclamo de Ripamonti, señaló que, "el Estado los está ayudando a los productores con los operativos de cosecha y acarreo con la ventaja que ahora no tenemos más retenciones a las exportaciones. Hoy las bodegas se tienen que poner las pilas para exportar. Las mosteras si logran elaborar 100 mil toneladas tendrán un buen año".
"Nosotros intervinimos para que se pague la uva a unos 230 pesos el kilo de uva. Ya hay algunas bodegas que se están adaptando a este operativo. Hay uvas que exclusivamente deberían ser utilizadas para elaborar mosto", cerró.