Las principales empresas petroleras de Argentina se preparan para aplicar un nuevo incremento en los precios de los combustibles, que oscilará entre el 2,5% y el 3,5% según la provincia de Buenos Aires. Este ajuste, que se hará efectivo este fin de semana, llevará los precios de todas las variedades de nafta y gasoil por encima de los $1.000 por litro en la Ciudad de Buenos Aires, uno de los pocos lugares del país donde los combustibles aún no habían superado esa barrera.
En nuestra provincia se estima que el litro de nafta súper rondará los $1.050 a partir del primero de septiembre, así mismo desde principios de agosto el combustible superó las cuatro cifras.
Desde el inicio de 2024, los combustibles en Argentina ya han registrado un aumento acumulado de más del 85%. Este nuevo ajuste busca compensar la devaluación mensual del peso frente al dólar, que ronda el 2%, y la suba de impuestos a los combustibles, que también impactará en el precio final en surtidores.
Además, el Gobierno está trabajando en la actualización de impuestos pendientes, que podrían incrementar aún más los precios en los próximos meses. Estas actualizaciones incluyen un alza de hasta $135 en la nafta y $87 en el gasoil, basadas en la evolución de la inflación que no se ha trasladado a los precios de los combustibles. Con estos ajustes, el Gobierno busca recuperar 0,5 puntos porcentuales de recaudación, lo que equivaldría a unos US$ 3.000 millones, representando el 10% del ajuste fiscal previsto para este año.
A pesar de este aumento, fuentes del sector petrolero señalan que aún existe un atraso en los precios de la nafta de aproximadamente un 12% en comparación con los valores internacionales. Este desfasaje, conocido como "paridad de exportación", desincentiva a las empresas a vender combustible al exterior, ya que obtendrían mejores márgenes en otros mercados.