La provincia de Mendoza enfrenta un nuevo ajuste en el precio de los cortes de carne vacuna, con incrementos que oscilan entre el 4% y el 5%, según informó la Cámara de Abastecedores local. Este fenómeno pone en el centro las dificultades propias de la industria cárnica.
Impacto directo en el mostrador
Edgardo Fretes, representante de la entidad, destacó que los mendocinos ya sienten el impacto de los nuevos valores en el mercado. Entre los cortes más consumidos, el asado de primera y la tapa de asado se posicionan en $7.800 por kilo, mientras que opciones como el osobuco alcanzan los $5.900. Según Fretes, los aumentos se deben a complicaciones logísticas, como las dificultades para faenar y transportar la proteína que alimenta al ganado, aunque también hay una fuerte presión de la demanda.
“Si bien el consumo per cápita en Argentina cayó por debajo de los 44 kilos en el último tiempo, notamos un leve repunte en las compras. Esto refleja que los consumidores están intentando adaptarse al contexto”, señaló.
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Consumo en caída libre, pero con matices
A nivel nacional, la situación no es menos compleja. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (CICCRA), el consumo per cápita en Argentina alcanzó apenas 47,2 kilos por habitante en el período enero-octubre, la cifra más baja en 28 años. Este descenso contrasta con un aumento en la faena de ganado en octubre, que llegó al nivel más alto en 15 meses. Sin embargo, la caída del 11,2% interanual en el consumo interno sigue reflejando el deterioro del poder adquisitivo de los argentinos.
Miguel Schiariti, presidente de CICCRA, explicó que el pollo y el cerdo, con incrementos acumulados de hasta 176% en el año, están ganando protagonismo en las mesas argentinas, reemplazando a la tradicional carne vacuna.
Una luz al final del túnel
A pesar del panorama desalentador, algunos analistas ven potenciales mejoras en el horizonte. La industria frigorífica logró un repunte en su producción y espera que los ingresos de los consumidores se recuperen gradualmente hacia principios del próximo año. Mientras tanto, los mendocinos deberán seguir ajustando su presupuesto para mantener la carne en sus platos.
Los precios elevados en la región no solo ponen en evidencia el impacto de la inflación, sino también las tensiones de una industria que lucha por adaptarse a las nuevas realidades económicas. La pregunta que queda en el aire es si estas subas continuarán marcando el ritmo del mercado o si, finalmente, se dará un alivio para los consumidores.