El Gobierno nacional oficializó este jueves la decisión de retrasar el aumento en el impuesto sobre los combustibles líquidos (ICL), aplazando los efectos del aumento programado para mayo hasta junio, según lo establecido en el Decreto 375/2024 publicado en el Boletín Oficial.
Con esta medida, el Ejecutivo ha optado por diferir la actualización correspondiente al cuarto trimestre de 2023 de los Impuestos sobre los Combustibles y al Dióxido de Carbono para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil, hasta el 1° de junio de 2024.
A pesar de esta decisión, el precio de las naftas ha aumentado este 1 de mayo, aunque no en el 9% previsto, sino en un 4%. En Mendoza, la petrolera YPF está vendiendo la nafta súper a $935 y la Infinia a $1.139. Durante el martes, ante la inminencia del aumento, se observaron largas filas en las estaciones de servicio, algunas de las cuales llegaron a quedarse sin combustible.
El Gobierno ha justificado este retraso en el aumento con el objetivo de "estimular el crecimiento de la economía garantizando un sendero fiscal sostenible". Además, asegura que "la medida garantiza previsibilidad al sector y establece que no habrá incremento alguno, por dichos conceptos, en el mes de mayo".
Esta postergación del incremento ya había sido anunciada previamente por la administración de Javier Milei a fines de enero, cuando se fijó el 1 de mayo como fecha para aplicar el último tramo de las subidas correspondientes a los trimestres del año pasado.
La decisión de posponer nuevamente el aumento se había adelantado junto con la postergación de los ajustes en las tarifas de luz y gas, como parte de un esfuerzo para consolidar la reducción de la inflación registrada en las últimas semanas.
En cuanto al aumento del impuesto, el ministro de Economía, Luis Caputo, ha justificado la medida en su cuenta de X, argumentando que "estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media", en respuesta a lo publicado por una periodista en la misma red social, quien advertía que "la obsesión del Gobierno por reducir la inflación comienza a colisionar con la base del programa económico: eliminar el déficit de las cuentas del Estado".
A pesar de la postergación en la suba del tributo, la nafta y el gasoil han aumentado un 4% desde el 1 de mayo debido a la devaluación mensual del peso frente al dólar del 2% y al aumento del barril del petróleo. Se estima que, de haberse aplicado la actualización prevista, el incremento habría superado el 8%.
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