Carlos La Mona Jiménez volvió al escenario de Mendoza y sus seguidores celebraron con euforia el reencuentro. Luego de haber sufrido un cuadro de gastroenteritis aguda, lo que le impidió realizar el show programado el mes anterior en Mendoza, el popular cantante se presentó en el Aconcagua Arena con más energía que nunca y ante un imponente marco de público.
Finalmente el día llegó, y desde temprano los “jimeneros” se hicieron sentir en las inmediaciones del estadio con cánticos, color y pasión, aguardando la apertura del recinto para disfrutar de la visita del máximo referente del cuarteto argentino.
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Tal como estaba previsto, las puertas del estadio se abrieron a las 21 horas para dar acceso a lo que sería una noche inolvidable. Patio de comidas con especialidades argentinas, barras de tragos, stands con el merchandising oficial de Universo Jiménez, y hasta un espacio de Photo Oportunity con un mural inmenso de La Mona hicieron más entretenida la espera.
Si bien la temperatura indicaba una noche fresca, la música del DJ Iván junto a la adrenalina y la movida de las bandas soporte lograron calentar motores y encender la fiebre cuartetera. Primero, el grupo La Klave, y más tarde, la banda Bye Bye -liderada por Martín Daga y Camila Coccia-, pusieron ritmo a la previa.
Cuando el reloj marcaba la 1 de la madrugada, El Rey del Cuarteto hizo su aparición y enloqueció a la multitud. El recital abrió con “El Renegado”, un tema conocido y aclamado por todos sus fans; y continuó con piezas claves como “Tinta China”, “Celosa”, “La Mona es un muchacho de barrio”, “Despierta corazón”, “0h…Señor”, “Escríbele una carta”.
Con “Ramito de Violetas”, el hit que nunca pasa de moda, el público se rindió a sus pies. Sin bajar el tono de euforia, el show avanzó con los temas “Nueve y media”, “Madre Soltera”, “La Huella”, “Porque te vas”, “Ruleta rusa”, “Goma de mascar”, “La Pupera” y “Jaque Mate” hasta llegar a una breve pausa de 20 minutos para descanso del artista.
Durante la perfomance, un huracán de emociones recorrió el sector Mandamás (el espacio Vip, apostado a pasos del escenario); el campo; y las tribunas del Aconcagua Arena. La imponente puesta en escena combinó pantallas gigantes, arte visual e imágenes en vivo de la banda cuidadosamente proyectadas. Un gran acierto fue la iluminación y los efectos especiales durante todo el encuentro (humo, espuma y fuegos artificiales) completaron el espectáculo.
El cantante mostró un dominio impecable del escenario y un control absoluto de su público permitiéndole conectar con sus seguidores mientras canta, interactúa, baila y enloquece a sus fans: “Hace muchos años que no venía a esta hermosa ciudad, extrañaba este calor de Mendoza. Les quiero mandar un beso a todos”, y remató: “El mejor vino argentino es mendocino”.
La fiesta continuó sorprendiendo y al ritmo de “El León” abrió el segundo capítulo. Le siguieron “Luis”, “Si he sido infiel”, “El Federal”, “Seguí en carrera”, “El Marginal”, “Me mata”. Pasada las 3 de la madrugada y ya entrando en el ciclo final, El Carlos apareció con la camiseta de Argentina haciendo un guiño a la Scaloneta que jugará este domingo la final de Copa América en Estados Unidos. “Esta noche tenemos que ganar. Fideo tiene que meter un gol, y Messi también. Vamos Argentina, todavía”, exclamó el ídolo cordobés.
Antes de despedirse, interpretó tres hitazos que revolucionaron la pista del Aconcagua Arena: “Beso a Beso”, “Quien se tomó todo el vino” y “Solo Contigo”. Un broche de oro exquisito para la última actuación del 2024 de La Mona en Mendoza.