La tragedia ambiental en el Parque Nacional Nahuel Huapi continúa agravándose. Más de 3.500 hectáreas ya han sido consumidas por el fuego que comenzó a fines del año pasado, tras una tormenta eléctrica que dejó su huella destructiva. La combinación de sequía, viento y altas temperaturas sigue complicando los trabajos para controlar el incendio, mientras las autoridades extreman las medidas de precaución.
De acuerdo con el último reporte oficial, el foco ígneo se originó a mediados de diciembre cuando un rayo impactó en un área inaccesible del parque. Las llamas, favorecidas por condiciones climáticas extremas, se expandieron rápidamente hasta convertirse en uno de los peores incendios registrados en la región.
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El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió una alerta por “muy alto riesgo de incendios” debido a la persistente sequía y ráfagas de viento que este lunes alcanzan entre 40 y 50 km/h. Aunque se espera un descenso en las temperaturas para los próximos días, con máximas por debajo de los 20 °C, el pronóstico no asegura un alivio inmediato en la lucha contra el fuego.
Ante la gravedad de la situación, el acceso al circuito Cascada los Alerces desde Los Rápidos fue cerrado al público y solo se permite el ingreso de vehículos autorizados. Esta medida busca garantizar la seguridad de los visitantes y permitir el paso exclusivo de los equipos de emergencia.
Las autoridades reiteran el llamado a la población y a los turistas a respetar las indicaciones y evitar cualquier actividad que implique el uso de fuego en áreas prohibidas. La imprudencia, sumada al riesgo extremo, podría desencadenar nuevos focos en una región ya devastada.
En el corazón de la lucha, bomberos, brigadistas y personal especializado no cesan en su esfuerzo por contener el avance del fuego, mientras la comunidad observa con preocupación cómo la belleza natural de Nahuel Huapi se convierte en cenizas.
Por ahora, el parque sigue siendo un escenario de resistencia, esperanza y trabajo incansable. Pero la furia del fuego no da tregua, y el futuro de este patrimonio natural sigue en vilo.