Al asumir la presidencia Alberto Fernández se creó una imagen, esperanzadora en la opinión pública, de que su gobierno respetaría el federalismo al afirmar que llevaría adelante su gestión junto a todos los gobernadores. Esto lo sostuvo en la campaña y luego en su mensaje inaugural. Muchos pensamos que era una gran oportunidad para acordar políticas que ataquen los problemas estructurales del país.
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Especial Redacción Jornada
En los primeros meses de la gestión la situación se planteaba en ese rumbo y luego se avanzó más ante la tragedia de la pandemia con su derivación en el tremendo problema sanitario y humano, y profundizando la crisis económica que se heredó del gobierno de Macri.
El presidente recibió el total apoyo de la mayoría de la población ante las medidas tomadas y logro un consenso amplio con los gobernadores sobre todo con los de partidos opositores al suyo y se comprometió a una ayuda de más de 130 mil millones de pesos, lo que evitaría que las provincias deban emitir cuasimonedas para cancelar sus obligaciones.
Pero todo venía bien hasta que empezaron a aparecer contradicciones en varios temas que hacen a su gestión. Entre ellos su relación con Mendoza que venía tranquila porque había un buen diálogo con el gobernador Rodolfo Suarez y un gran entendimiento para el manejo de la pandemia.
Lamentablemente la Argentina ni ante la adversidad de una pandemia mundial y letal puede salir de la disputa política, de la grieta que divide a la sociedad y que tanto daño produce.
Una oposición con dirigentes que desde el inicio del gobierno se oponen a todo y que han comenzado sus campañas muy anticipadamente y un gobierno que arrancó bien y que se fue complicando es sus contradicciones y la falta de moderación en algunos temas que están afectando la imagen de Alberto Fernández y la urgencia de la pandemia apenas posterga la percepción de los conflictos y los problemas, retrasa su abordaje y agrava su complejidad.
En ese marco de disputa política el gobierno nacional sale a perjudicar a Mendoza, por un lado, reasignándole menos recursos, pro fundamentalmente trabando la construcción de Portezuelo del Viento, la “Obra del siglo”.
El gobierno nacional luego de apoyar la obra cedió a las presiones de la provincia de la Pampa y le puso un freno al proyecto en una medida totalmente política produciendo sorpresivamente una convocatoria al Coirco. El ministro de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, llamó a los gobernadores de Neuquén, Río Negro, Buenos Aires, La Pampa y Mendoza para una reunión del Consejo de Gobierno del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado el 26 de junio. En ese marco la votación 4 a 1 a favor de la propuesta pampeana tuvo el acompañamiento de las otras tres provincias que forman parte del Comité: Neuquén, Río Negro y Buenos Aires.
De esta manera se pone en duda la continuidad de la licitación que tiene fecha de apertura hoy y la emisión de fondos por parte del gobierno nacional que ya entregó más de 37 millones de dólares.
El gobernador Suarez ratificó que hoy se presentan las ofertas de las empresas. “No tenemos expectativas en que se presenten muchas empresas porque se ha visto desalentada la competencia. Más allá de los riesgos empresarios que existen, se creó este riesgo de que si Portezuelo se hace o no”.
En este sentido confirmó que “vamos a seguir adelante, con el proceso licitatorio, porque entendemos que tenemos la razón absoluta en esto. Es una buena obra. Nadie discute que esta obra es necesaria y que hay que hacerla. Todas las provincias lo entendemos y mucho más cuando vivimos tiempos de sequía en donde lo que hay que hacer es acumular agua”.
“Desde la provincia le hemos hecho propuestas al presidente para que Portezuelo no se detenga. Las propuestas tienen que ver con garantizar el cumplimiento de las normas que ya están establecidas y que hacen referencia a cómo se llena la represa y a cómo luego se utiliza el agua y se genera la energía”, destacó el Gobernador.
Agregó que la semana que viene habrá una nueva reunión, que será virtual, con las provincias que integran el COIRCO. “Confiamos en que el presidente no va a detener esta obra”, concluyó el mandatario provincial.
Si Alberto Fernández cumple con su palabra de gobernar en favor de todas las provincias sin importar el color político, debe laudar por Mendoza.
Así cumplirá también con la idea que planteó de seguir a las figuras presidenciales de Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner.
El primer presidente de la era democrática gobernó codo a codo con los gobernadores peronistas como los casos de Bordón en Mendoza, Menen en La Rioja y Cafiero en Buenos Aires. Y Néstor Kirchner fue quién anunció en su presidencia la construcción de Portezuelo del Viento.
Perjudicando a Mendoza se aleja de la posibilidad de emular a los dos ex mandatarios.
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