Este domingo, Wanda Nara presentó la octava gala de eliminación de la tercera temporada de MasterChef Argentina en la que cinco participantes dejaron todo frente a las hornallas para continuar en el certamen.
La noche del domingo, Antonio, Aquiles, Rodolfo, Rodrigo y Silvana se juegan el delantal en el calor de las cocinas con un desafío que demanda múltiples platos, mientras los participantes a salvo miran el show desde el balcón.
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Los jurados presentaron a los cinco nominados con una carrera contra el tiempo: con completa libertad en la preparación, deben cocinar dos platos que sorprendan a los jurados.
Los primeros en lograr dos victorias, suben al balcón.
Rodolfo se convirtió en el primer salvado de la noche, gracias a un salteado de verduras y bife a la tex-mex. Lo sigue Aquiles, cerrando la primera ronda de esta gala de eliminación.
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Ya en la última instancia, los minutos de la muerte, los tres participantes presentaron sus platos: Silvana recibió una dura devolución que la dejó preocupada, Rodrigo pasó con unas empanaditas chinas que dejaron que desear y Antonio fue el último, con un caótico plato cuyos sabores no se unieron en el paladar de los jurados.
Luego de deliberar, los chefs anunciaron que quien debía abandonar las cocinas del programa era Antonio.
El joven salteño no pudo contener el llanto, como así tampoco sus compañeros.
Antes de dejar su delantal, Antonio agregó: “Yo hace mucho soñé esto y logré tener mi delantal. Logré muchas cosas. No pude llegar hasta el final pero los sueños sí se cumplen. Si uno trabaja duro lo puede logar. Yo siempre me imaginé estando acá y lo logré”.