La final de Gran Hermano cada vez está más cerca y los participantes buscan reforzar sus alianzas. Por un lado, Julieta y Romina armaron un equipo que apunta contra La Tora y Nacho.
Por su parte, Marcos parecería no mostrarse demasiado interesado en las estrategias. En cambio, al darse cuenta de que estaban en el ojo de la tormenta, La Tora y Nacho quieren ir por Romina.
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"No me estaría sintiendo cómoda con algunas cosas", le dijo Lucila a su compañero mientras hablaba de la salida de su mamá Gladys.
"Todos tenemos a veces nuestros días", intentó tranquilizarla Nacho. "Estoy hablando de Romina", dijo sin vueltas ella. Tratando de bajar un cambio, el hermanito continuó: "Romina también debe estar cansada, debe estar un poco desilusionada también por lo que pasó con las hijas. Le deben pasar mil cosas en la cabeza, como les pasa a todos. Y bueno, algunos capaz lo pensamos dos veces antes de decir algo y hay otros que no. También debe haber un montón de cosas nuestras que no gustan y que nosotros tampoco vemos. Estamos todos cansados".
Molesta, La Tora respondió: "Sí pero, de repente, en el sentido del juego también me están cayendo fichas de otras cosas, ¿entendés? A veces me quedo callada y actúo, no sé. Como que en este momento tengo mucho enojo". "¿Enojo por qué?", quiso saber Nacho.
"Te voy a dar ejemplos. Romi no dejó cocinar a Valen. Tampoco dejó cocinar a Rodo la salsa. Romi le dijo al Primo que estaba muy flaquito. Nada, le dijo que le quedaba mejor más gordito. Varias situaciones que no me gustan. Entonces, estoy cargando con un montón de cosas de que se cree la jefa y no me gusta. Al fin y al cabo le estamos dando el mismo poder que a Alfa", cerró La Tora haciendo una lectura del juego.