Después de que Romina Uhrig pudiera volver a ver a sus tres hijas Mía, Feli y Nina tras cinco meses de estar en Gran Hermano, la exdiputada no pudo evitar estallar en llanto y comentar las emociones encontradas que sintió con el correr de los minutos.
Cuando despidió a las tres nenas, Romina no pudo contener las lágrimas y fueron sus compañeros quienes se acercaron a consolarla. “Ahora te queda esta angustia de m…”, dice la participante entre lágrimas mientras camina hacia la cocina.
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“Estoy shockeada porque no me lo esperaba verlas ahora”, comentó en el confesionario y luego les dijo a sus compañeros: “La gordita me abrazó y me dijo mamá, me mordía la boca”.
“Feli me dijo ‘¿y Nacho?’”, resaltó Romina haciendo reír a los demás participantes y luego contó que cuando le consultó a la nena quién cree que va a ganar, su hija le dijo “Juli”, lo que generó el asombro de Uhrig.
“Estoy feliz de verlas bien, pero que da esto en el momento de la despedida, quedé tambaleando, pero ya se me va a ir”, dijo Romina y entre los demás compañeros recordó: “Estaba la gordi con su perfume de siempre, hermosa”.
“Tenía miedo de que no quieran venir conmigo o si se olvidarán que soy la mamá, cosas que me pasaron por la cabeza, como es tan chiquitita mucho no entiende”, explicó Romina sobre su hija menor y cómo le puede afectar este tiempo separada de su madre.
Tras mostrar su asombro por lo grande que vio a sus tres hijas, Uhrig comentó que una de ellas le hizo un comentario sobre las peleas que tuvo con Alfa, quien salió de la casa hace días y sigue hablando de ella en cada una de sus apariciones en la televisión.
Después se sinceró y aseguró que tenía ganas de abandonar el juego. “Me quiero ir a la m…”, les dijo a los demás integrantes de la casa, quienes le dijeron que no debe desanimarse y que en estos momentos debe mantenerse más fuerte que nunca para poder ganar la competencia que mantiene a todos en vilo.