Esta semana, Ariel, Nacho, Alfa, Marcos y Julieta integran la placa de nominados y este jueves por la noche Camila -quien resultó líder luego de ganar un juego de resistencia y equilibrio- tendrá la difícil tarea de salvar a uno de sus compañeros: en las redes sociales especulan que su decisión estará entre Alfa y Marcos, pero como ella fue la última en ingresar y lo hizo con información, puede cambiar su estrategia sabiendo que ambos reciben el apoyo del público.
En medio de este panorama, Alfa y Marcos protagonizaron un cruce cargado de ironías y reproches. El participante más grande de la casa ya había expresado su molestia con el joven oriundo de Salta luego de que Camila se quedara hablando con él hasta la madrugada.
En ese momento, aprovechó la oportunidad para intentar dejarlo expuesto delante de sus compañeros. Sin embargo, del otro lado recibió una suerte de lección y ninguna respuesta para confrontar.
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Todo sucedió mientras en la casa cada uno estaba haciendo distintas actividades: Romina limpiaba los vidrios, Ariel lavaba los platos, Alfa cocinaba, Julieta estaba sentada en la barra de la cocina, Daniela iba y venía charlando con sus compañeros. Y Marcos se sumó al debate cuando fue consultado con un juego de destrezas en el que contó que había aplicado una “estrategia”: “Las chicas, que eran más livianas, iban atrás porque sabían llevar mejor la bocha que yo, que no soy tan bueno para esas cosas”.
“Ah, es el juego. A vos te dejaron estrategias”, deslizó Alfa buscando pinchar a su compañero. “Por eso, era estrategia”, reafirmó Daniela. “¿Sabés quién le dejo la estrategia del juego? -siguió Walter Santiago- Agustín. Lo dijo bien clarito: ‘yo usé la estrategia’”
“Yo solo voy a decir una cosa”, respondió Marcos e intentó darle una lección de vida al participante más grande de la casa. “El que más sucio está, más quiere ensuciar a los demás”, dijo, de manera categórica.
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Días atrás, mientras compartían un momento relajado en la pileta de la casa más famosa del país, el participante más grande increpó al salteño y le cuestionó su acento. “¿Vos no sabés hablar normal? ¿No sabés hablar normal, sin ese acento idiota?”, le dijo, logrando el silencio de todos los participantes que estaban refrescándose allí.
De nuevo, y lejos de buscar confrontar, Marcos se expresó con la parsimonia que lo caracteriza y siempre queriendo evitar entrar en conflictos. “¿Y vos, no sabés ponerte un protector solar? ¿No sabés ponerte un protector que no sea una crema de zanahoria?”, le respondió el joven.