A grandes rasgos no es que los nuevos iPhone evolucionen en exceso con el salto generacional, los iPhone 16 se muestran demasiado continuistas. Aunque sí que hay saltos en potencia, en tamaños para los modelos Pro y en el número de botones. Esta estrategia casa con el mercado, aunque no tanto con la visión que tenía Steve Jobs de los smartphones. Porque, ¿habría aprobado los nuevos móviles de seguir dirigiendo Apple?
Esta semana tecnológica quedó protagonizada por los iPhone 16, estos cuatro móviles marcarán el estilo de una buena parte de Android futuros. Porque estoy seguro de que veremos más botones en los teléfonos, éstos se harán más grandes, ganarán funciones complejas y las pantallas crecerán tanto como el propio móvil. Sí, Apple adoptó características que Steve Jobs nunca quiso para el iPhone, y esto tiene su lógica.
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Un iPhone compacto y lo más sencillo posible
Aún recuerdo aquella keynote en la que Steve mostró al mundo el dispositivo que llevaba meses en el terreno de los rumores. Lo que anticipábamos como un iPod con teléfono terminó convirtiéndose en un todo en uno que reunía la mayor parte de gadgets de uso habitual. Con una pantalla táctil para redefinir el uso de los paneles: podía usarse al completo con los dedos. Sin stylus.
A Steve Jobs no le gustaban los stylus, pero han terminado siendo una parte clave del ecosistema de Apple: los Pencil hacen de los iPad uno de los soportes de dibujo más usados por los artistas. Y las paradojas no quedan ahí, ya que Steve seguramente renegaría de móviles tan descomunales como el iPhone 16 Pro Max.
El iPhone original, y las consecuentes versiones que llegaron bajo el mando de Steve Jobs hasta el iPhone 4S (último lanzado antes de su fallecimiento en 2011), mantuvieron la esencia del original. El iPhone 6 Plus fue el que rompió con la máxima de Steve Jobs: el móvil, con sus 5,5 pulgadas de pantalla, dejaba de ser fácil de usar con una mano. Y no ha parado de crecer hasta las 6,9 pulgadas del iPhone 16 Pro Max. También a mí me parecen exageradas.
El responsable más carismático de Apple valoraba la sencillez y los dispositivos compactos, también mantener un catálogo de productos lo más reducido posible. Con la división de modelos seguramente tampoco estaría muy convencido: tener cuatro variedades de un mismo teléfono, con una quinta de periodicidad no anual (iPhone SE), no entraba en sus planes.
El hecho de añadir botones físicos choca con su idea de simplicidad máxima. Apple cambió primero el selector de sonido, que llevaba en el iPhone desde el modelo aprobado por Steve, y ha añadido el reciente Control de cámara.
Los botones hacen que el móvil sea más complicado de utilizar. Hay que aprender a configurar los distintos modos, aprenderse los gestos, las maneras de personalización... iOS ha crecido en complejidad, resulta indiscutible.
El tamaño del iPhone 16 Pro Max choca contra la visión compacta de Steve Jobs. 6,9 pulgadas de pantalla, 16,3 cm de alto, 227 gramos de peso... Está en contra del manejo cómodo con una mano.
Los iPhone 16, vistos en perspectiva y sin poder contar con la opinión del propio Steve Jobs, chocan de frente contra la visión que él tenía del smartphone ideal. Aunque eso no significa que Steve se hubiese abstenido de aprobar el desarrollo de los iPhone 16, porque también era conocido por cambiar de perspectiva y adaptarse a lo que demandaba el mercado. Y no hay duda de que los usuarios prefieren las pantallas grandes.
Los iPhone 16 son fruto de la demanda del mercado
Pese a que los iPhone 16, especialmente el 16 Pro Max, son contrarios a lo que Steve Jobs creía que debía ser un smartphone, el antiguo responsable de Apple no renegaba de lo que sus clientes buscaban en los productos de la marca. Y, pese a que Steve se hubiera podido mostrar reticente, estoy seguro de que habría claudicado ante la realidad: los usuarios demandan pantallas grandes y móviles grandes. Las cifras lo demuestran.
Tras años analizando smartphones también yo estoy en contra de los móviles gigantes, aunque sí creo que botones extra como el Control de cámara pueden enriquecer la experiencia de los iPhone 16. Y es que poco margen existe para innovar en el terreno de los smartphones, el propio Steve Jobs habría tenido que admitirlo. Y aquí me planteo otra duda: ¿qué habría pensado de un posible iPhone plegable?
Fuente e informe: Iván Linares