Este viernes, en un edificio ubicado en la zona céntrica de Rosario, se vivieron momentos de extrema tensión cuando un niño de ocho años quedó suspendido al borde de un balcón, amenazando con caer al vacío en un rascacielos ubicado en la intersección de Pellegrini y Corrientes.
La impactante escena atrajo la atención de los transeúntes, entre ellos dos repartidores de cerveza que, al percatarse de la situación crítica del niño, no dudaron en detenerse y brindar su ayuda. Según informes de los medios locales, uno de los hermanos del pequeño intentaba mantenerlo a salvo, pero luchaba por reintegrarlo al interior del departamento.
Finalmente, después de lograr acceder a la propiedad, los repartidores forzaron la puerta de entrada y entraron al departamento. En una acción rápida, rompieron la red de seguridad, y una persona no identificada en ese momento pudo atrapar al niño y ponerlo a salvo.
En palabras de uno de los valientes rescatistas: "Tuvimos que derribar la puerta a patadas. El niño estaba en estado de shock cuando lo rescatamos". Otra de las personas involucradas en el rescate compartió: "Notamos que la gente miraba hacia arriba, y ahí vimos al niño colgado, mientras todos quedaban paralizados por la situación. Comenzamos a golpear las puertas, pero nadie quería abrir, hasta que finalmente un hombre se presentó y nos permitió ingresar. Rompimos la puerta para entrar. En ese momento, no importaba nada más que salvar al niño. Sentí que podría haber sido mi propio hijo".