Agentes de la Policía de Las Heras protagonizaron un heroico acto al salvar la vida de un bebé de tan solo un mes y medio de edad que se encontraba en grave peligro.
La madre del pequeño, desesperada al ver que su hijo tenía dificultades para respirar y un pulso débil, hizo una llamada de emergencia al número 911 en busca de ayuda.
En un dramático momento, la ambulancia se encontraba con demoras, lo que llevó a que los efectivos policiales se comunicaran con los médicos del Servicio de Emergencias Coordinado por teléfono. Estos profesionales de la salud proporcionaron instrucciones vitales a los agentes, quienes actuaron con rapidez y determinación para seguir sus indicaciones y brindar asistencia al bebé en apuros.
La situación se tornaba crítica mientras el reloj avanzaba y el pequeño luchaba por recuperar la respiración. La madre del bebé describió que se encontraban en su domicilio, ubicado en la calle Perú al 1.900, entre las calles Córdoba y Burgos, en Las Heras, acompañada de su esposo de 34 años, cuando se desencadenó la emergencia.
El móvil policial 3740, a cargo de los agentes Guillermo Giménez y Rocío Dávila, respondió con celeridad al llamado de auxilio, seguido de cerca por el móvil 3616, en el cual se desplazaban los efectivos Leandro Saravia y Matías Pastrán. Los policías, al llegar al lugar, constataron la gravedad de la situación, ya que el bebé tenía serias dificultades respiratorias y un pulso débil.
En una carrera contrarreloj, los agentes se pusieron en contacto con el Servicio de Emergencias Coordinado, cuyo personal reconoció que la ayuda médica no llegaría a tiempo. Un médico brindó directrices precisas a los policías, instándolos a realizar maniobras de reanimación hasta que el bebé, con tan solo un mes y medio de vida, pudiera romper en llanto, señal de que su situación mejoraba.
Los agentes, siguiendo las instrucciones médicas, trasladaron al bebé en uno de los móviles policiales y continuaron realizando las maniobras vitales mientras se dirigían al Hospital Carrillo para obtener una atención más especializada. Aproximadamente a diez cuadras del lugar de origen, en la intersección de las calles Burgos y San Martín, se produjo un emocionante giro en la situación: el bebé comenzó a llorar, lo que alivió considerablemente la angustia de sus padres, quienes también viajaban en el móvil policial.
Finalmente, llegaron al Hospital Carrillo, donde el bebé fue atendido de urgencia. Un médico que lo evaluó diagnosticó que el niño padecía el Síndrome de Coqueluchoide, también conocido como tos convulsa o tos ferina.
Tanto el bebé como su madre, de 33 años de edad, quedaron internados para recibir el tratamiento y el cuidado médico necesario.