En la antesala del paro general convocado por la CGT, organizaciones sociales, sindicales y piqueteras marcharon este martes por la tarde hacia la Plaza del Congreso para acompañar el reclamo semanal de los jubilados. Sin embargo, la movilización fue menor a la esperada y se desarrolla con un bajo nivel de convocatoria. El Gobierno desplegó un importante operativo de seguridad con participación de la Policía de la Ciudad, Infantería y fuerzas federales, sin registrarse incidentes.
La medida de fuerza convocada por la central obrera para este jueves tendrá una duración de 24 horas, pero se anticipa que el nivel de acatamiento será dispar. Algunos gremios y sectores clave —como el transporte de colectivos— confirmaron que no se sumarán, mientras que otros sindicatos mantienen una postura más ambigua o con adhesiones parciales.
Durante el acto frente al Congreso, el secretario general de la CGT, Héctor Daer, reiteró los cuestionamientos al plan económico del Gobierno y pidió “reflexión” por parte del Ejecutivo. Afirmó que “no puede haber precios libres con salarios congelados” y reclamó por la reapertura de paritarias y la homologación de acuerdos. También reconoció que no existe diálogo con el ministro de Economía.
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Participación limitada y falta de coordinación
La convocatoria no logró unificar el respaldo de todo el arco sindical ni movilizar a amplios sectores de la sociedad. Si bien la CGT anunció el apoyo de sus 50 gremios afiliados, en la práctica muchos optaron por no participar activamente, y en varias provincias las seccionales gremiales no impulsaron medidas concretas.
Además, algunos gremios influyentes confirmaron que continuarán con su actividad habitual, y se espera que numerosos servicios funcionen con normalidad, como el transporte en colectivos, lo que restará visibilidad al paro. La ausencia de una convocatoria unificada para movilizarse durante la jornada del jueves también reduce el impacto de la medida.
Críticas desde el Gobierno
El Ejecutivo mantuvo su postura crítica frente a la CGT. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó la presencia de las Fuerzas Federales durante la movilización del martes y aseguró que se garantizará el orden durante el paro. Desde Casa Rosada, cuestionaron la legitimidad del reclamo sindical y señalaron que la central obrera no convocó medidas similares durante la gestión anterior, pese a una fuerte pérdida del poder adquisitivo.
“La CGT no está segura de que el país se vaya a detener”, afirmaron fuentes oficiales, en referencia a la falta de consenso dentro del movimiento sindical.
Una protesta que refleja el desgaste
La jornada de protesta impulsada por la CGT muestra señales de desgaste tanto en su convocatoria como en su capacidad de presión. El propio Daer confirmó que no buscará su reelección al frente de la central, cerrando así un ciclo de nueve años de conducción.
El paro del jueves marcará un nuevo capítulo en la relación entre el Gobierno y los sindicatos, aunque con un impacto limitado en comparación con otras medidas de fuerza históricas. La falta de coordinación entre sectores, la respuesta crítica del oficialismo y el escaso acompañamiento en las calles dejan en evidencia una movilización que, si bien tiene alto valor simbólico, muestra escasa incidencia práctica en el rumbo de la política económica actual.
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Presencia política en las calles
Entre los presentes se destacaron varios legisladores del bloque de Unión por la Patria, como el presidente de la bancada, Germán Martínez, y la diputada Cecilia Moreau, quienes recorrieron la Plaza del Congreso durante la protesta. También asisten los referentes del Frente de Izquierda, Myriam Bregman y Nicolás del Caño, habituales participantes de este tipo de convocatorias.