El paro general de 24 horas convocado a nivel nacional por la Confederación General del Trabajo (CGT) tuvo escasa repercusión en la mayoría de las actividades económicas y de servicios de Mendoza. Sin embargo, en sectores específicos como la alta montaña, la medida de fuerza sí se hizo sentir. El cese de actividades del personal de la Aduana argentina en Horcones generó demoras significativas en el tránsito hacia y desde Chile, afectando principalmente a transportistas internacionales.
En el Área de Control Integrado (ACI) de Uspallata, donde normalmente pueden estacionar hasta 500 camiones, cerca de 400 vehículos pesados quedaron detenidos a la espera de realizar trámites de aduana. La atención, durante gran parte del día, estuvo limitada al personal jerárquico, lo que ralentizó el proceso.
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La situación no fue exclusiva del lado argentino. En el complejo fronterizo Los Libertadores, en Chile, las demoras para completar los trámites migratorios y aduaneros llegaron a las seis horas. En contraste, en el predio de Roque Carranza, también en territorio argentino, los tiempos de espera se redujeron a unos 30 minutos, según datos oficiales del corredor bioceánico.
Uno de los gremios con mayor presencia durante la jornada fue el de los camioneros, que participaron activamente de la movilización frente a la Legislatura provincial. Su secretario general, Ricardo Letard, es una de las figuras referentes de la CGT Regional Mendoza, lo que explica en parte el nivel de adhesión dentro del sector.
En paralelo, la Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza (Aprocam) manifestó su total rechazo a la medida. En un comunicado, la entidad empresarial expresó: “Repudiamos de forma categórica el paro”. Y agregó: “Mientras algunos eligen obstaculizar, nosotros seguimos apostando al esfuerzo, al trabajo y al crecimiento”.
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A pesar de que el transporte público, el sistema de salud y la educación funcionaron con normalidad en Mendoza, el paro logró tener un impacto tangible en el tránsito de cargas internacionales, revelando cómo una medida sectorial puede afectar un punto neurálgico de la economía regional como es el Paso Cristo Redentor.
Las autoridades estimaban que la atención en Aduana podría normalizarse hacia la última hora del jueves, aunque no se emitieron comunicaciones oficiales al respecto. La situación puso en evidencia la importancia de los servicios esenciales y las tensiones que emergen cuando se ven interrumpidos, incluso parcialmente.