La Cámara de Diputados aprobó el primer viernes de febrero de 2024 el proyecto de Ley Ómnibus en general, a pesar de la ausencia en el recinto de un dictamen impreso que reflejara las modificaciones discutidas en los últimos días.
Con el respaldo de PRO, Hacemos Coalición Federal y la UCR, los libertarios aseguraron 144 votos para otorgarle la media sanción al dictamen de mayoría, el cual 34 diputados firmaron en disidencia el martes 23 de enero, generando así el escándalo del dictamen blue. La propuesta recibió 109 votos en contra. Al consultar a legisladores aliados y opositores,
El portal especializado en política, LPO informó que no pudo confirmar la existencia de un archivo en PDF que sistematizara los cambios prometidos por el gobierno en el momento de la votación. No obstante, desde el macrismo y la Coalición Cívica aclararon que esas modificaciones se incorporarían durante el tratamiento artículo por artículo.
En un gesto de confianza, las bancadas aliadas respaldaron la propuesta oficialista, incluso cuando ninguna de sus demandas estaba reflejada en el texto. Esto se debió a las infructuosas negociaciones fuera del recinto durante los últimos tres días, destinadas a obtener el respaldo de 129 legisladores para los puntos relacionados con facultades delegadas, privatizaciones y endeudamiento.
La votación en general alivia la presión sobre Javier Milei para lograr una victoria que pueda capitalizar en las redes sociales, mientras sigue trabajando para obtener apoyo en los capítulos que generan mayor resistencia entre sus aliados.
Mientras tanto, los líderes de las bancadas que contribuyeron a guiar el proceso parlamentario confían en lograr modificaciones significativas. "Vamos a votar la ley y la vamos a desglosar desde adentro", afirmaron líderes radicales la noche del jueves.
Durante el viernes, se llevaron a cabo reuniones simultáneas en las oficinas ocupadas por Martín Menem en el primer piso de la Cámara Baja.
En una de ellas, Juan López, Silvia Lospenatto y Alejandro Cacace, con Matías Fariña, revisaban los artículos.
En otro sector, Rodrigo De Loredo abordaba la cuestión de la coparticipación del Impuesto PAIS, propuesta respaldada por legisladores cordobeses y que llegó a poner en riesgo la votación en general. En otra sala, el ministro del Interior, Guillermo Francos, departía con Menem.
En los pasillos, diputados que participaron en las deliberaciones demostraban optimismo. Aunque un miembro de la Coalición Cívica señaló que faltaban detalles para que su espacio pudiera votar el capítulo de las privatizaciones, otro referente expresó dudas, destacando la dificultad de votar ese capítulo mientras esté presente la Bicameral de privatizaciones.
Aunque la atención estaba centrada en pichettistas y radicales, comenzó a circular el rumor de que los legisladores del bloque Innovación Federal podrían no votar de forma unificada cuando se analicen los artículos en particular. Por lo tanto, al cierre de esta nota, permanecía como incógnita la votación en los segmentos más polémicos de la ley. En cualquier caso, los cuatro días hasta la próxima reunión el martes proporcionarían tiempo para que oficialistas y aliados construyan la mayoría necesaria.