El Gobierno ha anunciado su decisión de renombrar el Centro Cultural Kirchner (CCK), lo que promete generar un nuevo debate con el kirchnerismo y la ex presidenta Cristina Kirchner.
La confirmación de la intención de cambiar el nombre del espacio ubicado en el ex-Palacio del Correo y Telecomunicaciones fue realizada por el vocero presidencial, Manuel Adorni.
"Se ha tomado la decisión de cambiar el nombre del Centro Cultural Néstor Kirchner, por lo tanto, dejará de ser conocido bajo esa denominación para dar lugar a uno nuevo", declaró el portavoz.
Adorni aclaró que aún no se ha definido cuál será el nuevo nombre que recibirá este espacio cultural.
Fuentes dentro de Casa Rosada ampliaron que la motivación principal detrás de esta decisión radica en la asociación del nombre del ex presidente con la "corrupción". Como alternativa de reemplazo, se busca destacar a "alguien vinculado con la cultura". Aunque aún no hay una decisión definitiva, ha surgido con fuerza el nombre de Jorge Luis Borges como una opción plausible.
Las diferencias entre el kirchnerismo y la oposición
La denominación del Centro Cultural Kirchner siempre ha sido motivo de disputa entre el kirchnerismo, en su momento oficialismo, y diversos sectores de la oposición, quienes más de una vez han fantaseado con cambiar su nombre.
Precisamente, desde PRO llegó la primera reacción tras el anuncio de Adorni: "Excelente decisión cambiar el nombre del CCK y en lo personal me encantaría que se llamara CCBorges, pero mucho más me gustaría que se implementara un mecanismo transparente y participativo para elegir el nombre de un edificio público tan importante", expresó la diputada Silvia Lospennato, según publicó Infobae.
En 2017, durante la administración de Mauricio Macri, se insinuó la posibilidad de cambiar el nombre del edificio, lo que generó un gran revuelo. En ese momento, el por entonces titular del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, tuvo que aclarar que la iniciativa de rebautizar el edificio como Gustavo Cerati no había surgido del Gobierno.
Sin embargo, cuando se le preguntó si le gustaba la denominación del Centro Cultural Kirchner, el funcionario respondió: "Creemos que puede haber mejores".
El gobierno de Macri incluso presentó un proyecto en el Congreso para que no se pudieran poner nombres de personas a los edificios públicos hasta que no hubieran pasado 20 años desde su muerte.
Una de las propuestas parlamentarias fue realizada por el radical Miguel Nanni (ya ex diputado), quien sugirió rebautizarlo como Centro Cultural del Bicentenario Argentino, argumentando que "no corresponde que el nombre de una persona que despierta tanta pasión y tanta resistencia" como el fallecido ex presidente sea utilizado "en semejante obra".
A pesar de todas las especulaciones y debates que surgen cada vez que se discute el nombre del CCK, ninguna administración hasta el gobierno de Milei había anunciado oficialmente que el edificio situado en el bajo porteño cambiaría de denominación.
Ajeno a todas las disputas ideológicas, el histórico ex Palacio de Correos se convirtió, tras su reforma e inauguración, en un centro cultural fundamental incluso para actividades políticas: allí Mauricio Macri organizó el G20 al que asistieron los principales líderes mundiales e incluso realizó reuniones de gabinete ampliado. Lo mismo sucedió bajo la administración de Alberto Fernández, quien también utilizó el espacio para reuniones políticas importantes.
El kirchnerismo retiró la estatua de Néstor Kirchner
Sin embargo, en el kirchnerismo sospechaban que algo así podría ocurrir con el cambio de gobierno, y el 8 de diciembre, dos días antes de la asunción de Milei como presidente, retiraron sorpresivamente la estatua de Néstor Kirchner que se encontraba en la puerta del Centro Cultural.
La escultura, que originalmente fue colocada en la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en Quito, Ecuador, llegó al CCK en octubre de 2020 como parte de la conmemoración del décimo aniversario de la muerte del expresidente. Luego fue ubicada en la entrada del CCK y a fines de 2023 fue trasladada al municipio de Quilmes, gobernado por Mayra Mendoza.
"Era una gestión que estábamos haciendo desde antes del cambio de gobierno. La intendenta solicitó permiso a UNASUR para el traslado", explicaron desde el municipio a Infobae.
La directora del CCK, Valeria Ambrosio, negó que ese traslado haya sido una decisión de las autoridades libertarias: "La estatua se la llevaron, no se sacó. Se la llevó Cristina, nadie la sacó".